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Fue un golpazo. Venganza o no de la ministra Norma Piña, el inicio de la investigación a Arturo Zaldívar mostró el porqué López Obrador lo quería un par de años más al frente del Poder Judicial: para que siguiera torciendo la justicia y, en recompensa, se enriqueciera junto con sus más cercanos colaboradores.

El trancazo político en los cimientos del llamado “Plan C”, esto es que jueces, magistrados y ministros sean electos por votación popular, afecta los planes que AMLO quiere heredar a su “corcholata”.

Y es que con el desprestigio ante el gremio de abogados que ya venía cargando quien renunció a su sitial en la SCJN para convertirse en matraquero de la candidata oficialista, esta nueva exhibición debería dejarlo inhabilitado para coordinar los trabajos del mentado “Plan C”.

¿Quién se atrevería a confiar en jueces, magistrados y ministros que hayan sido propuestos por Zaldívar? ¿Qué negocios habría tras esos candidatos a ocupar esos cargos del Poder Judicial?

Para no perjudicar más la campaña morenista, toda vez que la candidata Sheinbaum ha tenido que salirse del guion para defenderlo, Zaldívar debe renunciar a su posición en el equipo de esa campaña presidencial.

Ahora que, si se queda… ¡mejor para la oposición!

* * *

Claudia Sheinbaum se pasa de circunspecta. Es parca hasta para transmitir emociones.

Xóchitl Gálvez es jocosa, chispeante, muy ocurrente.

Pero quien en verdad se ha convertido en el clown de las campañas es Jorge (Álvarez) Máynez. Baila. Brinca. Juega a ser candidato presidencial.

Ese tal vez sea el sello de Movimiento Ciudadano, ya que su anterior abanderado inauguró esa ruta de chocantes frivolidades.

Los contrastes son notables:

El carácter seco de Sheinbaum la aleja de la gente que no es acarreada a sus mítines –también la que es llevada “de a pollo y de a huevo” se le escapa en cuanto comienza a hablar–, como se ha visto en un par de videos sobre su presencia en salas de espera de aeropuertos donde los demás viajeros la ignoran.

Gálvez, en cambio, arrasa multitudes, como también se vio en otro video en el que decenas de jovencitas se vuelcan a tomarse una selfie con ella, en medio de porras que coreaban su nombre: ¡Xóchitl! ¡Xóchitl! ¡Xóchitl!

Máynez, por su parte, busca el voto de los jóvenes a quienes trata como infantes. “Cascaritas” de futbol, tenis fosforescentes y una permanente mueca de sonrisa forzada.

¿Propuestas? Ninguna.

La morenista repite las de AMLO. La aliancista replica todo lo que dice su contrincante y las mentiras de López Obrador. Y el anaranjado ataca a Gálvez, nada más.

Lo que hay que ver.

¡Y todavía faltan dos meses y medio de campañas!

Vicente Fox no aprende. En su calidad de exmandatario debería guardar mesura en sus comentarios a través de las redes sociales.

No ayuda a la candidata aliancista y sí le estorba, con sus comentarios sobre la “corcholata” presidencial, lo que provoca que inmediatamente los morenistas le respondan con barbaridades que lo afectan, lo mismo que a quien dice apoyar.

No estaría mal que Xóchitl se apropiara de una de esas memorables frases de AMLO como candidato en el 2006 y le dijera a su correligionario aquello de “¡ya cállate chachalaca”!

Por cierto, también aplica para López Obrador.

Por AL PE

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