En términos prácticos, el ‘dedazo’ no desapareció, quizá, se maquilló, pero, al final de cuentas, se hizo la voluntad del señor presidente y, dijera el clásico: haiga sido como haiga sido. Si lo dudan, pregúntenle a Marcelo.
Sin embargo, a diferencia de los buenos tiempos del PRI (los Tlatoanis panistas, malitos para la operación política, no pudieron imponer a su candidato), cuando los que le hacían competencia al ‘tapado’ tenían que irse al ostracismo, ahora, los contendientes buscan premio de consolación.
Así pues, resulta tragicómico que, después de aspirar a ser presidente de la República, personajes como Adán Augusto y Ricardo Monreal, se conformen con una posición legislativa en la cual no tendrán mucho juego, porque, en caso de que Claudia Sheinbaum gane en el 2024, apenas se consolide, desechará la herencia incómoda, se aceptan apuestas.
En la misma situación, se encuentran en el Frente Amplio por México, ya que, varios de los suspirantes, decidieron allanarse a la candidatura de Xóchitl Gálvez, además de sumarse a su equipo de colaboradores, con la firme intención de no quedarse abajo del tren, sí el proyecto resultara exitoso.
La posición de Noroña y el ´güero´ Velasco, es igual de lamentable, pues sabían a la perfección que no ganarían, su papel se limitó a ser comparsas, situación que aceptaron a cambio de una chamba.
Ni hablar, los gobernadores que entregaron la plaza hicieron escuela.