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Ayer, fueron dados por muertos los cinco pasajeros que iban a bordo del sumergible Titán, perdido el domingo cuando efectuaban un viaje turístico hacia los restos del Titanic en el Atlántico.

Según la Guardia Costera, los viajeros perdieron la vida en una implosión “catastrófica”.

Ésta es la conclusión de la misión de búsqueda después de que un un vehículo de control remoto (ROV) encontró restos del sumergible. Entre ellos están una estructura de aterrizaje y la ventanilla, detectados a 500 metros de los restos del crucero hundido.

En conferencia de prensa el contraalimirante John Mauger indicó que recuperar los cuerpos es muy complicado.

«Los restos (del sumergible) son consistentes con una catastrófica pérdida de presión de la cámara”, agregó Maugler.

El domingo pasado, el sumergible partió de la costa de Canadá, para observar, con fines turísticos, los restos del Titanic, hundido en 1912.

La nave, de 6.7 metros de eslora, perdió comunicación con el exterior en 1:45 horas después de salir.

La cadena CBS reveló ayer que la Marina estadunidense percibió un sonido “compatible con una implosión” poco después de que la nave perdió comunicación.

Sin embargo, los datos no permitían confirmar lo que había pasado, según declaró un oficial de la Marina.

Según el ejército de Estados Unidos, ninguna de las boyas sonares presentes en el agua casi de manera constante había detectado nada que llamara la atención.

Eso indicaría que los pasajeros seguían con vida cuando la nave colapsó, pues contaban con oxígeno de emergencia para 96 horas, que se cumplieron ayer por la mañana.

A bordo viajaban el millonario británico Hamish Harding, presidente de la compañía Action Aviation; el paquistaní Shahzada Dawood, vicepresidente de Engro, y su hijo Suleman.

También estaban el buzo y arqueólogo marítimo francés Paul-Henri Nargeolet, y Stockton Rush, director general de OceanGate Expeditions, que fabricó y operaba el sumergible.

Estos hombres eran verdaderos exploradores que compartían un marcado espíritu aventurero y una profunda pasión por explorar y proteger los océanos del mundo”, dijo en un comunicado OceanGate, al lamentar la muerte de los tripulantes.

Esta semana surgieron informaciones que comprometían a Ocean Gate sobre posibles negligencias técnicas del sumergible.

La empresa que fabricó y operaba el sumergible  que cobraba 250 mil dólares por viaje.

ALAN DETALLA FUNCIONES DE JOYSTICK

Hace un año, el mexicano Alan Estrada viajó en una misión para ver los restos del Titanic en el mismo sumergible que implosionó en las profundidades del Atlántico con cinco tripulantes dentro tras su desaparición el domingo pasado.

El cantante, actor y youtuber recordó el funcionamiento de la cápsula llamada Titán.

«Leí la preocupación que hubo acerca del joystick, el control con el que se maneja el sumergible. No soy ningún vocero de OceanGate, pero el control únicamente maneja los propulsores del sumergible, es decir, con ese control puedes ir hacia adelante, hacia atrás, hacia arriba, hacia abajo y puedes dar la vuelta”, dijo.

«Tener ese tipo de control, por muy juguetón que parezca, al tenerlo inalámbrico, te da la libertad de que el piloto pueda estar asomado en la ventana y manejar correctamente el sumergible”, agregó.

«Los controles de comunicación y del sonar no se manejan con este control, todo ese sistema lo tienen las computadoras que tiene el sumergible”, explicó Estrada, en una conferencia virtual anterior a la noticia de la implosión.

Alan destacó que sabía los riesgos a los que se enfrentaba.

«Firmamos varias hojas en las cuales se nos explica cada uno de los riesgos que corres, incluyendo el perder la vida”, dijo.

Estrada no sufre de claustrofobia y esa es una condición para sumergirse. Él estuvo en Titán alrededor de ocho a diez horas, en una misión exitosa al llegar al naufragio y regresar.

«El sistema de recuperación del sumergible es complejo. La maniobra de sacarlo del océano y de liberar a quienes están adentro, es un poco compleja”, señaló.

Señaló además que la cápsula no tenía asientos, que era un cilindro vacío, y que sólo tenía una especie de caja como baño de emergencia.

El cineasta James Cameron, director de la película Titanic, condenó que fueron ignoradas las alertas de seguridad del sumergible que implosionó cerca del crucero hundido, matando a cinco personas.

«Estoy impresionado por la similitud entre el desastre del Titanic, cuyo capitán fue advertido varias veces sobre el hielo frente al barco, y aun así aceleró a toda máquina hacia un campo de hielo en una noche sin luna, y en consecuencia mucha gente murió”, dijo a la cadena ABC, quien hizo la misma exploración.

«Y que una tragedia muy similar, en la que no se hizo caso de las advertencias, tenga lugar exactamente en el mismo lugar, con todo el buceo que se está realizando en todo el mundo, creo que es simplemente sorprendente”, agregó.

El director visitó el naufragio para su película de 1997.

Por AL PE

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