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CHIHUAHUA, CHIHUAHUA.- Por abandonar en una terracería al suroeste de ciudad Chihuahua la ropa y calzado confiscados este martes a los prisioneros del Centro de Reinserción Social (CERESO) número 1, en Aquiles Serdán, cuando debía llevarla al basurero municipal, una empresa recolectora se encuentra bajo investigación por el Área de Asuntos Internos de la Secretaría de Seguridad Pública del Estado (SSPE).
Este jueves 16 de enero, en el transcurso de la mañana, familiares de varios prisioneros descubrieron cobijas, prendas de vestir y zapatos que pertenecían a los suyos en un lote baldío ubicado en la avenida Paseos del Pastizal, colonia Rinconada de Sierra Azul. Molestos, tomaron fotografías y vídeos para difundirlos en redes sociales. Su principal cuestionamiento: ¿por qué se encuentran ahí las cosas, si las autoridades mencionaron que las destruirían desde el martes?
Mediante una conferencia de prensa, dos funcionarios de la SSPE esclarecieron lo sucedido. Jesús Sosa, director de Adquisiciones y Recursos Materiales, refirió que la administración estatal firmó un contrato de 6 millones de pesos con una empresa registrada en su catálogo de proveedores para que prestara sus servicios y transportara al basurero más cercano los prohibidos objetos destruidos en todos los CERESO —hasta ahora, apenas los de Aquiles Serdán y Ciudad Juárez—.
No obstante, ante el aparente incumplimiento, dio a conocer que se inició la carpeta de investigación SSPE/SAI/026/2023, en donde habrá de determinarse si la responsabilidad recae o no en el proveedor. Y adelantó que el caso, de tan avanzado, sugiere ya un posible autor. Mientras tanto —dijo—, la terracería ya fue resguardada por agentes policiales.
Susana Bazaldua, subsecretaria administrativa, advirtió que, en caso de confirmar la responsabilidad de la recolectora, provocaría la rescisión del contrato y la aplicación de sanciones administrativas y penales correspondientes. En lo que se resuelve la problemática —mencionó—, ya fue contratada otra empresa para, ahora sí, llevar las prendas al basurero municipal.
Esta mañana, producto de lo anterior, familiares de los reclusos les llevaron ropa, cobijas y algunos artículos de higiene personal, pues —expresaron— resultan necesarias para la temporada de frío. Sin embargo, descubrieron que el ingreso de objetos se tornó más estricto: fijaron límites para cada cosa y, también, lo restringieron a colores específicos: por ejemplo, sólo pueden disponer de dos pantalones grises y dos playeras grises o de calzado deportivo blanco sin cintas.







