FRONTERA SUR DE MÉXICO, NOS ANEXAMOS CHIAPAS Y EL SOCONUSCO, PERO SE NOS FUERON COMO AGUA ENTRE LAS MANOS EL PETÉN ITZÁ Y BELICE.
Por: José Luis Jaramillo Vela
Virreinato de la Nueva España, un inmenso territorio
Cuando Hernán Cortés afianzó la conquista del Imperio Azteca para la Corona Española, no fué nada fácil establecer los límites del territorio, puesto que éste cada día crecía debido al avance de los militares y exploradores españoles que conquistaban nuevos territorios desconocidos para ellos; en cada nuevo territorio tenían que enfrentarse a los grupos étnicos que los habitaban y que eran los verdaderos dueños de los territorios; después de vencerlos y someterlos, establecían una nueva misión, fundaban una villa o un pueblito y reclamaban el nuevo territorio como una conquista que pasaba a ser propiedad de la Corona Española, así también se abocaban a cartografiar los nuevos territorios.
Durante todo ese proceso de conquista, la Corona Española estableció la sede de la capital de los nuevos territorios, en la recién conquistada Tenochtitlán, a la que llamaron Ciudad de México, Capital del Virreinato de la Nueva España; desde ahí se administraba el nuevo e inmenso territorio. Para efectos administrativos, desde un principio el Rey envió a un Virrey, quien era su representante personal y con los plenos poderes y autoridad para ejercer el gobierno del Virreinato en el nombre del Rey y de la Corona Española. El primer Virrey fue Don Antonio de Mendoza y Pacheco
Con tan vasto territorio por administrar, la Corona Española se dió a la tarea de dividir el Virreinato de la siguiente manera, con el fin de tener gobernanza en tan inmensos territorios; se crearon seis Capitanías Generales, cada Capitanía con un Capitán General; dos Comandancias Generales con un Comandante General cada una y dos Reinos con un intendente cada uno; estos a su vez divididos en Intendencias, Provincias y Dependencias.
Capitanía General de Cuba: Comprendía toda la Isla de Cuba, la Florida y la Luisiana (que a su vez abarcaba los actuales Estados de Georgia, Alabama, Mississippi, Luisiana, Arkansas, Misuri, Kansas, Illinois, Indiana, Iowa, Minnesota, Wisconsin, Montana y las Dakotas).
Capitanía General de Filipinas: Comprendía el Archipiélago de Luzón y Mindanao (actual Filipinas), Palaos, Islas Marianas, Islas Carolinas y Guam.
Capitanía General de Guatemala: Comprendía al actual Guatemala (que a su vez comprendía al actual Estado de Chiapas, El Soconusco, la mayor parte de los Estados de Campeche y Tabasco y el actual Belice), Comayagua (actual Honduras), El Salvador, Nicaragua y Costa Rica.
Capitanía General de Puerto Rico: Comprendía la Isla de Puerto Rico.
Capitanía General de Santo Domingo: Comprendía Cibao y Ozama (actual República Dominicana).
Capitanía General de Yucatán: Comprendía los actuales Estados de Yucatán y Quintana Roo, parte de los Estados de Campeche y Tabasco.
La Comandancia General de las Provincias Internas de Occidente: Comprendía a la Nueva Vizcaya, (actuales Estados de Durango, Chihuahua, parte de Coahuila, parte de Texas, Nuevo México y Arizona); Nueva Navarra (actuales Estados de Sonora y Sinaloa y parte de Nayarit); Baja California (toda la península); Nuevo México (parte de Nuevo México, Colorado y Arizona); Alta California (actuales Estados de California, parte de Arizona, Nevada, Utah, Oregon, Wyoming y parte de Colorado).
La Comandancia General de las Provincias Internas de Oriente: Comprendía la Nueva Extremadura (parte del actual Estado de Coahuila); Nuevo León (actual Estado de Nuevo León); Nuevo Santander (actual Estado de Tamaulipas); Nuevas Filipinas (parte de los actuales Estados de Texas y Oklahoma).
El Reino de México: Comprendía los actuales Estados de Oaxaca, Veracruz, San Luis Potosí, Guanajuato, Querétaro, Valladolid (actual Michoacán), Puebla, Morelos Tlaxcala, Edomex e Hidalgo.
El Reino de la Nueva Galicia: Comprendía Guadalajara (actual Jalisco), Colima, Zacatecas, Aguascalientes y parte de Nayarit.
Toda esta inmensidad, pertenecía al Virreinato de la Nueva España y se gobernaba y administraba desde la Ciudad de México; como nos podemos imaginar, era una tarea demasiado complicada para los virreyes.
Y todavía, el Virreinato y la Corona Española mantenían una disputa por el Territorio de Nutka (actual Estado de Washington, parte de Oregon, parte de Idaho y todo el Archipiélago de las Islas San Juan) con el Imperio Británico.
Frontera Sur de México, poco conocida, nunca estuvo exenta de problemas limítrofes
En 1790, la Capitanía General de Guatemala y la Capitanía General de Yucatán entran en un conflicto limítrofe (aunque ambas Capitanías pertenecían al Virreinato de la Nueva España, eran celosas con sus límites, linderos y demarcaciones); el Capitán General de Guatemala, General Bernardo Troncoso y Martínez del Rincón, de manera arbitraria y unilateral modifica y extiende los límites del territorio de Guatemala hasta el supuesto Río Noho’be’kan, bajando hasta el Río Hondo y desembocando en la Bahía de Chetumal en el Mar Caribe, haciéndose con esto, de media Península de Yucatán; por su parte, el Capitán General de Yucatán, el Mariscal General Benito Pérez de Valdelomar que apenas tenía unos cuantos días de haber recibido el cargo, enfurece cuando es informado por sus asesores que el Río Noho’be’kan nunca se ha localizado, siendo lo más probable que no exista, sintiéndose novateado y chamaqueado, se apresta para invadir a la Capitanía General de Guatemala.
El Virrey Juan Vicente de Güemes Pacheco de Padilla y Horcasitas, II Conde de Revillagigedo, interviene estableciendo el nuevo límite entre Capitanías en el punto conocido como Calak’mul, ninguna de las dos Capitanías quedó muy conforme que digamos, pero se evitó una guerra interna.
Vientos de cambio, los países buscan su independencia y los Imperios pierden sus territorios
De repente llegaron vientos de cambio en el mundo entero, con las ideas renovadoras de Voltaire, Rousseau, Montesquieu y todos los grandes intelectuales de la era de la Ilustración, el mundo comenzó a cambiar, las ideas de libertad, igualdad y legalidad abrieron los ojos de mucha gente y los países comenzaron a despertar de un letargo colonialista y buscaron su libertad, su autonomía y su independencia.
Muchos países fueron encontrando el rumbo y el camino de su libertad y su independencia y así, los imperios fueron perdiendo el dominio sobre sus territorios conquistados, para dar paso a nuevos países y nuevas naciones; la geopolítica en todo el mundo cambió en la medida en que los países se iban independizando del yugo imperial, para dar paso a la conformación de nuevas fronteras. En el caso de México, sabemos muy bien cómo perdimos nuestro territorio norte en 1846 y cómo se formó nuestra frontera con Estados Unidos; pero sabemos muy poco de cómo se formó nuestra frontera sur.
México logra su independencia y se modifica la frontera sur
En 1821 México se independiza de España, el Virreinato de la Nueva España ya no existe, Agustín Cosme Damián de Iturbide y Arámburu se levanta como el gran prócer de México y proclama la creación del Primer Imperio Mexicano, por supuesto él como Emperador. Agustín de Iturbide pretende instaurar el Imperio del Septentrión, que abarcaría desde Costa Rica hasta lo que hoy es Estados Unidos; Iturbide tenía amplias simpatías en Guatemala y Centroamérica y trata de que toda esa región pase a formar parte del Imperio Mexicano y lo logró, toda Centroamérica quedó como parte del Primer Imperio Mexicano. Pero el imperio de Iturbide solo duró un año y después todo volvió a cambiar. Sin embargo, en 1821 Yucatán decide unirse al Imperio Mexicano.
En 1823, Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua y Costa Rica tenían la idea de formar entre ellos la República de Centroamérica y optaron por separarse de México para deliberar si continuaban anexados a México o formaban su república; sin embargo, las regiones de Chiapas y El Soconusco decidieron separarse de Guatemala y ser anexadas a México; por otra parte estaba Yucatán, que ya estaba queriendo independizarse de México y al mismo tiempo estaba reclamando a Guatemala la parte que le habían quitado de Tabasco y de Campeche y amenazaba con invadir El Petén, en el norte de Guatemala, una región de 36 mil km2 que incluso ya los yucatecos la habían designado como Estado de Yucalpetén.
Frontera Sur, muy volátil y cambiante; las anexiones, indecisiones y El Petén Itzá
En 1824, al asumir la Presidencia de la República Guadalupe Victoria, está decidido a no perder ni una sola parte del territorio nacional, mucho menos la Península de Yucatán que amagaba con independizarse de México; en realidad a Yucatán ya no le interesaba pertenecer a México, sus relaciones comerciales estaban con Cuba, el Caribe y la Florida, además la Ciudad de México estaba muy lejos de Mérida, así que no les interesaba, además el Petén Itzá estaba coqueteando con adherirse a Yucatán.
Pero Yucatán tenía muy olvidadas a sus dos provincias de Tabasco y Campeche y eso lo aprovechó el Presidente Guadalupe Victoria para frenar los afanes independentistas de Yucatán; a Tabasco y Campeche los integró a la economía del Golfo de México con Veracruz, Jalapa y Coatzacoalcos, para de ahí conectar con Tehuantepec en Oaxaca; les abrió ruta comercial hacia Chiapas y El Soconusco, que ya se las habíamos quitado a Guatemala; provocando que Tabasco y Campeche amenazaran con separarse de la Península, entonces Yucatán decidió seguir perteneciendo a México.
Guadalupe Victoria comenzó analizar la idea de quitarle El Petén Itzá a Guatemala y también la región de Belice, pero había dos problemas de difícil y no muy rápida solución: El Petén tenía una muy extraña forma de triple gobierno, entre los hacendados yucatecos, los indígenas Mayas Cruzo y el Obispo de Guatemala; por su parte Belice se había convertido en un refugio de piratas, corsarios y bucaneros ingleses y un centro de tráfico de esclavos, motivo por el que Guatemala tenía a Belice prácticamente olvidado y abandonado.
En ese mismo año de 1824, Guadalupe Victoria fusiona a Chiapas y El Soconusco en un solo Estado y es incorporado oficialmente a México con el nombre de Estado del Sur.
México – Guatemala, tormentosa relación limítrofe
A partir de la incorporación de Chiapas y El Soconusco como Estado del Sur, la relación con Guatemala se convirtió en un verdadero valle de lágrimas; los reclamos por los territorios eran constantes, ya sea al Gobierno Mexicano o al Gobierno del Estado del Sur o incluso se quejaban con el Gobierno de Yucatán; luego trataron por medio de una campaña llegar al corazón de los chiapanecos y soconuscos alegando que sus raíces y sus ancestros estaban en Guatemala y que ellos como guatemaltecos debían separarse de México, pero toda esa población se daba cuenta y percibía a Guatemala como un país débil ante México, donde estaban seguros y no pasaban problemas, también ellos veían como debido la falta de capacidad política, económica y militar de Guatemala, estaban perdiendo el Petén Itzá y Belice, convirtiéndose en nido de delincuentes ambos territorios y toda esa población chiapaneca y soconuscos sentían que si volvían a Guatemala, terminarían como el Petén y Belice, cuyo territorio pertenecía a Guatemala, pero ya la Corona Británica tenía ahí un representante, con intenciones de colonizar y anexarse el territorio. Así es que, mediante una consulta popular, chiapanecos y soconuscos deciden seguir perteneciendo a México.
En 1871, el Presidente Benito Juárez, quien era un hombre de tendencia pacifista y estaba totalmente en favor de los derechos de las naciones, pero también ya estaba harto de los constantes reclamos y amagos militares de los guatemaltecos, solicita al Congreso liberar fondos para la creación de una Comisión que se encargara de fijar los límites entre ambos países. Por fin, el 4 de julio de 1877 Guatemala accede a tratar el asunto limítrofe con México y se crea la “Comisión de reconocimiento de la frontera entre México y Guatemala”.
Guatemala rompe el convenio y le rasca el buche a Porfirio Díaz
En 1881 el Presidente de Guatemala, General Justo Rufino Barrios Auyón decide ir por todo o nada y le reclama al Presidente Porfirio Díaz la devolución de los territorios de Chiapas y El Soconusco a la República de Guatemala, al mismo tiempo, acompañando el reclamo y de manera amenazante apostó tropas del otro lado del Río Suchiate, en actitud belicosa.
La respuesta de Porfirio Díaz fué inmediata, clara, rotunda, tajante y contundente, pero como buen estadista, la hizo llegar por la vía diplomática, en donde en un lenguaje muy diplomático le dice que, primero: se dirija a México y a su Presidente por los canales diplomáticos; segundo que retire sus tropas del Río Suchiate; tercero: que le devuelva a México la parte de los Estados de Tabasco y Campeche que están dentro del territorio guatemalteco y cuarto: que México no le debe nada a Guatemala.
Desde luego que el primer movimiento que hizo Porfirio Díaz fue ordenarle al Secretario de Guerra y Marina, General Gerónimo Treviño el despliegue de tropas hacia Tapachula para defender la frontera del Río Suchiate, pero también envió tropas con la intención de invadir el norte de Guatemala y apoderarse de El Petén Itzá y Belice, ese era un plan que Porfirio ya traía en mente y ahora se presentaba la oportunidad de anexarse más territorios para México.
Guatemala llora por el mundo y arma un guateque diplomático internacional
El Presidente de Guatemala sabe que ha provocado a Porfirio Díaz, que éste le va declarar la guerra y que no solo no le van a devolver nada, sino que también va a perder todo el norte de Guatemala, puesto que militarmente no tiene mucho con qué hacer frente a México; entonces se dedica a llorar por el mundo buscando apoyo internacional. El Rey Alfonso XII de España se lava las manos y dice que ya no tiene nada que ver en México; el Canciller de Alemania Otto von Bismarck dice que Porfirio Díaz es amigo de ellos; el Presidente de Francia Jules Grévy rechaza volver a intervenir en ningún asunto de México; pero la Reina Victoria de Inglaterra y el Presidente de Estados Unidos James Garfield si ven con atención e interés el problema, desde luego cada uno desde su propio interés.
Para la Reina Victoria, el enclave de Belice era un punto estratégico en el Caribe y Centroamérica, además ya tenían actividad comercial con Belice y habían enviado a un representante con la intención de sondear una posible anexión, incluso ya los ingleses llamaban a Belice como “Honduras Británica”.
Por su parte, el Presidente James Garfield veía con satisfacción que Porfirio Díaz estaba abriéndose a la inversión estadounidense en México y decidió que lo más conveniente para los Estados Unidos era mediar en la situación, pero favoreciendo a México.
La Reina Victoria le ofrece a Porfirio Díaz el reconocimiento y beneplácito formal del Imperio Británico a su gobierno, a cambio de retirar sus tropas de Chetumal, donde ya se disponían a invadir Belice y El Petén y dejar que este territorio fundado y poblado por ingleses decidiera su destino; también se comprometió el Imperio Británico a exterminar por completo de maleantes la región de Belice y cortar los lazos diplomáticos y comerciales que ya estaba tratando Yucatán de establecer con ellos. Porfirio Díaz sabe que puede irse a la guerra contra los ingleses, incluso puede recibir apoyo de otros países, pero acepta el trato; el reconocimiento formal del Imperio Británico a su gobierno era muy importante.
El tratado sobre Belice con el Imperio Británico lo firmaron por México el Secretario de Relaciones Exteriores Ignacio Mariscal y por el Reino Unido el Canciller Spencer St.John; quedando establecida la frontera entre México y Belice por el cauce del Río Hondo hasta la Ciudad de Chetumal.
En cuanto a la frontera con Guatemala, el Embajador de México en Washington, Matías Romero recibe una nota diplomática del Presidente James Garfield, en la que se ofrece como mediador en el conflicto para evitar una guerra y ambas naciones aceptan el ofrecimiento.
Por parte de México se designa al Secretario de Relaciones Exteriores Ignacio Mariscal, por parte de la República de Guatemala se designa al Embajador Manuel Herrera y como mediador internacional, el Presidente de Estados Unidos, John Garfield.
En resumidas cuentas, se establece que México no está obligado a devolver ni Chiapas ni el Soconusco a Guatemala; México renuncia a invadir y anexarse el Petén Itzá, quedando este en propiedad de la República de Guatemala; Guatemala se obliga a devolver a México los territorios de los Estados de Tabasco y Campeche que estaban en su poder y por último se determinan los nuevos límites fronterizos. Como punto final, se firma el Tratado Mariscal – Herrera y se da por terminado el conflicto.
En la actualidad, la relación fronteriza entre México y Guatemala está regida por la “Comisión Internacional de Límites y Aguas entre México y Guatemala”. Existen ocho cruces fronterizos formales entre ambos países.
Datos curiosos de El Soconusco
+ Cuando Hernán Cortés llegó a Tenochtitlán, El Soconusco abarcaba desde el sur de Chiapas hasta Costa Rica.
+ En 1590, un ex militar español retirado de nombre Miguel de Cervantes y Saavedra le pidió al Rey Carlos V ser designado como responsable de la Gobernación del Soconusco; el Rey rechazó la petición y el ex militar se dedicó a escribir; años más tarde publica “El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha”, que se convertiría en la obra cumbre de la literatura hispana y de la literatura universal.
+ Se dice que cuando Guatemala lloraba para que le devolvieran Chiapas y El Soconusco, mucha gente decía que “nos salimos de Guatemala, no queremos regresar a guatepeor”, dando origen a la famosa frase.
+ A principio de los años treinta, Adolfo Hitler establece el nazismo y llegan oleadas de alemanes a establecerse en El Soconusco, en donde se establecieron en fincas cafetaleras y crearon campos de entrenamiento para simpatizantes nazis; se cuenta que cientos de mexicanos de origen alemán pasaron por ahí y dejaron el país para unirse al ejército de Hitler.
+ Algunos etnólogos e historiadores afirman que El Soconusco es la región más “centroamericanizada” de México; por el contrario, otros afirman que es la región más mexicana que existe; pero la verdad, es que esta gente conserva una fuerte y ancestral identidad propia y un sentido de pertenencia a su tierra tan marcado, que ellos no dicen ser ni chiapanecos ni mexicanos, ellos dicen “soy de El Soconusco”.
+ El vocablo Soconusco procede del náhuatl “Xoconochco”, que significa “lugar del nopal amargo, o de las tunas agrias”.
Fuentes Bibliográficas:
+ culturacolectiva.com
+ es.quora.com
+ scielo.org.mx
+ bbc.com
+ lavanguardia.com
+ www.mexicodesconocido.com.mx
+ es.wikipedia.org