PAUSA.MX

Por lo que hemos visto, la Federación Internacional de Futbol Asociación (FIFA), no parece comprender los cambios sociales que se viven a nivel global.

Más allá, de los actos de corrupción que se dieron para otorgar la sede del Mundial a Catar, la oligarquía del balompié internacional, se enconcha en sus atrabiliarias decisiones y condena toda posición contraria a los intereses del gran capital.

Por ejemplo, Gianni Infantino, mandamás del organismo, llamó ‘hipócritas’ a todos los artistas que rechazaron participar en la inauguración de la justa, en virtud de que, en el mentado emirato, no se respetan los derechos humanos de trabajadores migratorios, mujeres y la comunidad LGBTI+.

Otro ejemplo, de conservadurismo ramplón, es la amenaza de sanciones a las selecciones, cuyos jugadores, porten un brazalete con la leyenda “ONE LOVE”, precisamente, promoviendo la diversidad y la inclusión.

Así como, en los Estados Unidos, se realizó un proceso judicial que llevó a la destitución de Joseph Blatter por cargos de corrupción comprobados, es indispensable que otros Estados nacionales, pongan un freno a los abusos de este faccioso grupúsculo, mismo que, sabedor de la popularidad del deporte de las patadas, amenaza con suspender federaciones, para imponer sus puntos de vista.

La FIFA no es dueña del futbol, el juego se ha extendido por todos los confines, por lo tanto, es indispensable que no sea sujeto de controles monopólicos para enriquecer, aún más, a una elite rapaz que sólo piensa en su beneficio. Es hora de poner en su lugar a estos personajes, que buscan monetizar toda actividad humana.

Por AL PE

Social Media Auto Publish Powered By : XYZScripts.com