¡Soy el pin… Presidente!
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(REFORMA)
«¡Soy el pinche Presidente, llévame al Capitolio!».
Así le gritó Donald Trump a su escolta Bobby Engel mientras se dirigía en «la bestia» de regreso a la Casa Blanca tras su discurso donde le echó fuego a la horda que después violentó al Capitolio en enero 6 del 2021.
«Tony Ornato, el principal responsable de la seguridad presidencial, me comentó que Trump estaba iracundo. Intentó tomar el volante e inclusive se lanzó contra Engel mientras manejaba».
Parte del increíble testimonio de Cassidy Hutchinson de hace unos días en las audiencias del Congreso de Estados Unidos (EU) para investigar los hechos que llevaron a la fatídica invasión del Capitolio para impedir que certificaran a Joe Biden como Presidente.
Hutchinson tuvo un asiento de primera fila, pues era la asesora principal de Mark Meadows, el jefe de gabinete de Donaldo.
Cassidy describe lo que ya intuíamos: un jefazo colérico y 100% fuera de control, que estrellaba platos con comida cuando algo no le parecía y vivía en su mundo paralelo de complots y datos alternativos.
Hombre, Hutchinson cuenta como el Presidente Naranja quería que dejaran entrar a la manifestación a simpatizantes armados «porque la multitud no era suficientemente grande y se veía medio vacío».
«¡Me vale madre que traigan armas! Total, quítenles las balas. A fin de cuentas no me van a hacer daño a mí», berreó Donaldo.
Que locura.
Las audiencias han dejado clara la responsabilidad de Trump: fue el principal instigador de la violencia. Digamos que fue su autor intelectual.
Evidencia suficiente para que Merrick Garland, Fiscal General de Justicia de EU, entable un juicio contra Trump, que por cierto ya prepara su defensa. No sabemos si Garland lo hará, pero parque sí tiene.
El resultado de este proceso legal es difícil de predecir, pues a pesar de la evidencia, la fiscalía no la tendría fácil.
«Debe demostrar que el ex Presidente sabía o debería haber sabido que su postura sobre el fraude electoral era falsa o que sus intentos de bloquear la certificación (de Biden) eran ilegales», explica el New York Times.
Pues ojalá se atreva Garland y ojalá Trump sea juzgado culpable.
Porque este año los Republicanos ganarán la Cámara de Representantes y Biden no da una, tanto por la mala suerte por acontecimientos exógenos, como por errores propios de política interna.
La amenaza de Trump reloaded para 2024 está más viva que nunca. Y cuidado, porque su segundo periodo será mucho peor que el primero.
¿Te imaginas al loco de Donaldo en medio de la guerra en Ucrania? No quiero ni pensar en los escenarios. Espeluznantes.
Basta ya de política estadounidense.
Quiero cerrar la columna con una reflexión sobre lo peligroso que es combinar poder, inflexibilidad, inconsciencia e ineptitud.
Imagina: – El poder brinda la posibilidad de acción. Y a mayor poder, mayor rango de acción… y de destrucción.
– La inflexibilidad impide reconsiderar cursos errados.
– La inconsciencia te atrapa en tu propio mundo, cancelando cualquier tipo de empatía, sin importar las circunstancias.
– Finalmente, la ineptitud garantiza que el punto de partida es erróneo. Que las ideas son malas. Que no se escuchará al experto y que la ejecución será mala. Por ende, garantiza que el destino, por más buenas intenciones que se tengan, siempre será malo.
Y luego hay que sumar el temperamento del idiota al mando.
Si es como Trump, el resultado es el arrebato. El resultado es la ira. El resultado es arrebatar el volante porque «¡soy el pinche Presidente!».
Pero hay posibilidades más nefastas.
Al arrebatado lo ves venir un kilómetro antes.
Pero al zorro astuto no es tan fácil verlo venir.
Al que cuenta chistecitos, al que habla despacito, al que regaña quedito, al que finge estar del lado del «pueblo bueno», al que polariza como estrategia, al que elimina instituciones independientes sistemáticamente, al que uno a uno debilita o coopta a «adversarios».
Ese mal líder es mucho más peligroso porque te puede llevar mucho más rápido a «La Chingada».
Posdata: En público, la visita de AMLO a Biden será muy bonita, pero en privado habrá reclamos fuertes: inseguridad, drogas, migración y ataques a la inversión privada, particularmente en energía.
EN POCAS PALABRAS…
«Pues quítenles las balas, pero dejen que mi gente pase».
Donald Trump, según testimonio de Cassidy Hutchinson
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