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JIRONES DE NUESTRA HISTORIA
Por: José Luis Jaramillo Vela
En 1930, el primer incidente en la Zona del Silencio
El primer incidente con las anomalías que ocurren en esta zona, se produjo en el lejano año de 1930, cuando el multigalardonado y reconocido piloto mexicano Francisco Sarabia Tinoco, a bordo de su avión “Conquistador del Cielo”, realizaba un vuelo desde Durango a Ciudad Juárez; Sarabia era famoso, no solo por su gusto de volar sin hacer escalas, sino también por establecer marcas de velocidad y por haber roto algunos récords de la famosa aviadora estadounidense Amelia Earhart.
Era un vuelo normal, tranquilo y rutinario, cuando al volar sobre la región de Ceballos, Durango, Sarabia se da cuenta de que en forma repentina e inusual, los instrumentos de su avión comienzan a fallar, las agujas indicadoras señalando para ningún lado, las brújulas parecieron haber enloquecido, girando sin parar; Sarabia pensó que estaba en graves problemas y trató de establecer contacto por radio, pero no había señal, solo estática en la radio y creyendo que su avión se podría a desplomar, decidió buscar donde aterrizar de emergencia.
Aunque el motor funcionaba perfecto, Sarabia ya buscaba visualmente un sitio para el aterrizaje, ya que esos aviones podían aterrizar en cualquier sitio plano, es entonces cuando se da cuenta de que todos los instrumentos, brújulas y radio volvieron a la normalidad, como si nada hubiese sucedido, pero Sarabia ya había decidido aterrizar para revisar el avión; establece contacto radial y aterriza sin ningún problema en Jiménez, Chihuahua, en donde revisa su avión, para después continuar su vuelo. El incidente no tuvo mayores consecuencias y cayó en el olvido, hasta 1966.
Se descubren anomalías en la zona
En 1966, Petróleos Mexicanos (PEMEX) envía al Ingeniero Augusto Harry de la Peña a la región de Ceballos, Durango, con el fin de elaborar un estudio técnico para la construcción de un oleoducto entre las ciudades de Torreón y Chihuahua; también Harry de la Peña llevaba la misión de ubicar y establecer puntos en la región para hacer prospecciones petroleras; de la Peña y su grupo de ingenieros se asentaron en Ceballos como su base, para desde ahí internarse al árido desierto a realizar su misión.
Lo primero que notaron Harry y su equipo fue una sensación de estar en un ambiente extraño, una “atmósfera rara” como la llamó él y esta extraña sensación, la han experimentado y reconocido todos los que han estado en la Zona del Silencio, incluídos los detractores de la zona; otra cosa que les llamó su atención, fue encontrarse con nopales morados, violetas y pintos de violeta con verde, así como con unas descomunales tortugas del desierto; pero sin duda, lo que más sorprendió al Ing. Harry de la Peña fue que en ciertas áreas de la zona, no podía comunicarse por el radio con su gente, ni ellos con él, era como si en esos puntos no pudieran pasar las ondas de radio; también notaron que en algunas áreas, las brújulas se desorientaban por completo; todo esto intrigó mucho al Ing. Harry de la Peña, todas esas anomalías y sensaciones extrañas las reportó en su informe final a sus superiores en Pemex, incluso la bautizó como “La Zona del Silencio”.
Durante muchos años Harry de la Peña siguió visitando la región, para continuar investigando de manera personal la zona y sus anomalías; por supuesto que esta región siempre ha estado ahí, con sus anomalías o sin ellas, lo que sucede es que hasta esa fecha de 1966, los pobladores de la región eran rancheros, ejidatarios y campesinos que por generaciones sus familias habían vivido ahí, estaban acostumbrados a la flora y fauna de la zona, además ningún extraño se aventuraba en ese desierto y tampoco estas personas ni usaban brújulas ni se comunicaban por radio como para saber de la existencia de anomalías físicas, meteorológicas, magnéticas o del tipo que fuera.
Cuando Harry de la Peña la bautizó como “La Zona del Silencio”, fue entonces cuando se popularizó esta región hasta entonces ignorada; el Gobierno Mexicano comenzó a enviar esporádicas expediciones de investigación científica; pero hubo otro lugar donde también pararon la oreja de inmediato: en Washington, D.C. y más al saber que Pemex estaba haciendo prospecciones petroleras en tan intrigante y misteriosa zona.
Ubicación de la Zona del Silencio
La Zona del Silencio está ubicada dentro de la región geográfica desértica llamada Desierto Chihuahuense, que comprende desde la mitad oeste del Estado de Nuevo México, el centro oeste de Texas, el centro este de Arizona, la mitad del Estado de Chihuahua, el Estado de Coahuila, la mitad del Estado de Durango, el Estado de Zacatecas, el norte del Estado de San Luis Potosí, y el sur del Estado de Nuevo León.
Dentro de este Desierto Chihuahuense, se encuentra el Bolsón de Mapimí, una de las aproximadamente diez cuencas endorreicas en el mundo; una cuenca endorreica es un área geográfica y geológica en la que sus aguas no tienen salida fluvial hacia el océano, ni hacia ningún lado, porque no se forman ni ríos ni arroyos; el agua que se capta por las lluvias, su único movimiento es la filtración hacia el subsuelo o la evaporación hacia la atmósfera.
Pues bien, todavía dentro de ese Bolsón de Mapimí está ubicada la llamada Zona del Silencio, que comprende el Mpio. Jiménez y parte del Mpio. Camargo en Chihuahua; el Mpio. Tlahualilo y la mitad del Mpio. Mapimí en Durango; y los Mpios. Sierra Mojada y Madero en Coahuila. Para añadirle todavía más misterio a este asunto, la Zona del Silencio está geográficamente ubicada en el rango del enigmático paralelo 27, mismo donde se ubican otras zonas igual de intrigantes como el Cabo Kennedy, el Triángulo de las Bermudas, las Pirámides de Egipto, y regiones en permanente conflicto como la República Árabe Democrática de Saharawi, territorio reclamado por Marruecos y también el Golfo Pérsico. Lo anterior, únicamente para efectos de conocer con exactitud la ubicación de la Zona del Silencio.
1970, ¿Qué ocurrió realmente en la Zona del Silencio?
El sábado 11 de julio de 1970, el Ejército de Estados Unidos lanza un Misil Athena RTV 1500, cargado con dos ojivas conteniendo Cobalto 57 altamente radioactivo, desde una base militar en Green River, Utah, aparentemente dicho misil debía impactar en el campo de pruebas de misiles de White Sands de la Base de la Fuerza Aérea Holloman, a las afueras de Alamogordo, Nuevo México, pero el famoso misil fue a caer en la Zona del Silencio; los gringos solo dijeron “i´m sorry”, “parece que tuvimos un pequeño accidente y se nos fue un cuetito para allá y necesitamos que nos dejen entrar a buscarlo, recogerlo y regresarlo a nuestro país” y de inmediato se desataron las suspicacias; absolutamente nadie creyó la historia de que fue un accidente o una falla.
Eran los últimos meses del gobierno del Presidente Gustavo Díaz Ordaz, quien después de los sucesos de 1968, deseaba darle una salida tranquila a su gobierno, así es que accedió a la petición del Presidente Richard Nixon y autorizó al ejército de Estados Unidos a incursionar en territorio mexicano para llevarse el misil caído; sin embargo, esta decisión provocó molestia ciudadana y el manifiesto enojo de Luis Echeverría, quien había ganado las elecciones y se preparaba para asumir las riendas del gobierno y quien durante su campaña electoral había utilizado como frase distintiva el lema de “¡Arriba y Adelante!”, que incluía el tema de la soberanía nacional y quien también deseaba asumir de la manera más tranquila posible (aunque cuatro años más tarde, ya como presidente, Echeverría tuvo que ceder ante el Presidente Gerald Ford, otra incursión del ejercito gringo a causa de un muy extraño accidente aéreo suscitado en Coyame, Chihuahua, asunto que no solo fue acallado y silenciado, sino que no existen archivos oficiales del mismo, pero sí fue conocido lo que ahí sucedió).
Ante la opinión pública se manejó la nota de que se trataba de un infortunado accidente de un misil balístico que se había salido de curso y había caído en la Zona del Silencio y el Gobierno de Estados Unidos había solicitado por todos los conductos adecuados, el permiso de nuestro Gobierno pera venir a recoger los restos; es posible que la opinión pública, los ciudadanos de a pie de esa época se hayan tragado el cuento en un principio, pero al ver el despliegue de la milicia estadounidense, de la cantidad de personal, de equipamiento y de vehículos, con el paso de los días se fue desvaneciendo esa idea y la gente, la población comenzó a sospechar que algo se estaba escondiendo detrás de este asunto.
En esa época, el Ingeniero Aeroespacial alemán nacionalizado estadounidense Wernher von Braun, quien desde 1955 había estado desarrollado todos los cohetes, naves espaciales y misiles estadounidenses; von Braun y su equipo de notables científicos vivían en la base militar de Fort Bliss en El Paso, Texas, en donde desarrollaban cohetes espaciales y misiles. La ingeniería de von Braun era perfecta, nunca uno de sus cohetes falló por error de diseño y sus misiles eran bien conocidos por su extrema precisión, debido a esa bien ganada reputación, era muy poco creíble que uno de sus misiles se hubiese desviado 1200 km de su curso, para caer en otra parte.
El despliegue de las fuerzas estadounidenses fue tan grande, que más que una incursión autorizada, parecía una verdadera invasión, mucha gente se atemorizó al ver tal despliegue militar; el ejército gringo tomó el control absoluto de la Zona del Silencio, nadie entraba y nadie salía sin su autorización; llegó un grupo de científicos de la NASA, encabezados por el Director de Vuelos Espaciales de la NASA, ni más ni menos que el mismo Wernher von Braun, quien estableció un centro de reclutamiento en Mapimí, Durango, para contratar a personas locales que ayudaran en la búsqueda del misil, por cierto, bien pagados.
Wernher von Braun y su equipo de científicos duraron 28 días en la Zona del Silencio, hasta que fue localizado el misil, se dijo que los modernos radares y detectores que traían los gringos, habían fallado también; a partir de ahí, los lugareños contratados para la búsqueda fueron liquidados y ningún otro mexicano pudo entrar ni cruzar por la Zona del Silencio; los estadounidenses volvieron a contratar mexicanos, para la construcción de un camino y una vía férrea para conectarla con la Estación Carrillo, que a su vez entroncaba y era un ramal de la Estación Escalón, ya para entonces la presencia de fuerzas estadounidenses en territorio mexicano comenzaba a generar temor, disgustos e inconformidades, no solo a nivel de la población, sino también a nivel político.
Los Gobernadores Oscar Flores Sánchez, de Chihuahua; Eulalio Gutiérrez Treviño de Coahuila y Alejandro Páez Urquidi de Durango, dejando a un lado la sumisión política al Presidente de la República, le exigieron al Presidente Gustavo Díaz Ordaz la inmediata expulsión de las fuerzas estadounidenses de la Zona del Silencio; los rancheros no podían ingresar a sus ranchos o ejidos porque los gringos estaban operando ahí; los Ferrocarriles Nacionales de México tenían ocupadas las instalaciones, patios y bodegas de la Estación Carrillo y la Estación Escalón, además los gringos les generaban desorden en sus corridas; los automovilistas y transportistas que circulaban por la Carretera Panamericana 45, que atraviesa una parte de la Zona del Silencio se encontraban un día si y otro también con bloqueos y retenes carreteros por parte de soldados estadounidenses moviendo maquinaria de ellos; la gota que colmó el vaso fue cuando la extinta Policía Federal de Caminos obligó a los soldados estadounidenses a despejar la carretera para permitir el libre tránsito de las personas y mercancías, situación que a punto estuvo de terminar en un enfrentamiento.
Los lugareños reportaban que los científicos gringos se estaban llevando varios ejemplares de cada especie de la flora y la fauna endémica de la región, también toneladas y toneladas de muestras de tierra y materiales; además reportaban también constantes ruidos de maquinaria trabajando a todas horas del día y de la noche; cuando por fin se fueron los soldados estadounidenses, la prensa pudo tener acceso a la zona y el panorama se fue aclarando poco a poco; de la Zona del Silencio, además de especímenes de flora y fauna, se llevaron miles de toneladas de tierra debido a que hicieron cientos de pruebas de radioactividad, pero también hicieron prospección minera, cavaron en cientos de lugares buscando minerales; se llevaron toneladas de muestras de sal de las salineras de la región, así como muestras de los cráteres donde han caído meteoritos; Pemex reportó que también hicieron prospección petrolera por toda la zona; al final, la región poco a poco fue volviendo a la normalidad.
Como resultado de este incidente, la prensa y la opinión pública nacional descartaron la teoría del accidente; existía la certeza generalizada de que Estados Unidos se había interesado en la Zona del Silencio y habían decidido venir a cerciorarse por ellos mismos, solo quedaban dos preguntas en el aire y en la mente de los ciudadanos: ¿Estados Unidos decidió probar su misil radioactivo en nuestro país, sin arriesgar a la población de Alamogordo, N.M. y arriesgando en cambio a ciudadanos mexicanos, para luego justificarse como un accidente?, en caso de haber sido así, habría sido un ataque a nuestro territorio, para el cual no hubo la mínima respuesta del gobierno
La segunda interrogante que quedó en el aire fue: ¿El lanzamiento del misil estaba consensado con el Gobierno Mexicano para que cayera en la Zona del Silencio, también arriesgando a ciudadanos mexicanos para de igual manera decir que fue un accidente?, en caso de haber sido así, habría sido una traición a la Patria.
En aquel momento, el gobierno se defendió diciendo que eran teorías conspirativas de la gente, pero primero, por la magnitud y la prontitud de la operación que hicieron los gringos en nuestro país, parecía que ya tenían todo planeado y listo para venir a recoger no solo los restos del misil una vez caído, sino para darle una buena repasada a la Zona del Silencio; lo segundo, a partir de ese momento, la sistemática y rotunda negativa de ambos gobiernos ya no digamos a desclasificar la información (si es que aún la tienen), sino a ni cuando menos a tocar o hablar del tema; está más que claro que hay mucho que ocultar ahí y que nunca lo harán.
¿Anomalías, exageraciones, visiones, mitos, verdades?
Dentro de la Zona del Silencio se encuentra el famoso Vértice de Trino, que no es otra cosa más que el punto geográfico en el que coinciden los límites de los Estados de Chihuahua, Coahuila y Durango; ahí no hay nada, puro desierto, ni siquiera existe una marca, hito o mojonera que lo señale, la gente llega ahí mediante puras coordenadas (26°43’30.93’’N 103°41’56.72’’O, por si le interesa darse una vueltecita por el lugar); si una persona se tiende sobre dicho punto, lo pisa de cierta forma o asume una determinada postura y posición, el cuerpo de esa persona estará físicamente y realmente en tres Estados de la República al mismo tiempo; las personas que visitaban ese punto, decían que se habían sentido muy bien, que habían recuperado energías y algunos hasta decían haber sanado de algún mal, no hay ninguna prueba científica que así lo indique, pero lo cierto es que la gente busca ese punto.
Otra de las cosas que diferentes personas han comentado es haberse encontrado con dos hombres y una mujer rubios y muy amables, vestidos con ropa de ciudad, algunos relatan haber sido auxiliados por estas personas y algunos lugareños afirman que han llegado a sus jacalitos solo para pedir agua y unos refieren que no casi no hablan pero son muy amigables y que incluso les han preguntado que de donde son y ellos solo contestan “de arriba”; por supuesto que esto es muy subjetivo y depende de cada quien creer esto, porque estas supuestas personas solo algunos dicen haberlos visto. Cada uno decide si lo cree o no.
Hay un sinfín de leyendas, avistamientos, sensaciones, hechos paranormales, encuentros y todo tipo de cosas raras que la gente dice haber visto y experimentado, mismos que por ser meras especulaciones no vamos a mencionar, pero que verdaderamente han influido para desarrollar el turismo en la Zona del Silencio.
Promotores y detractores de la Zona del Silencio
Sin duda alguna, el principal promotor de esta zona es el Doctor en Derecho, Benjamín Palacios Perches, un hombre nacido y criado en esta región, concretamente en Escalón, Mpio. Jiménez Chih. y quien, por cuestiones de estudio, emigró a la Ciudad de Chihuahua, en donde se recibió y realizó una muy respetable carrera política; hoy, en lo que fue la hacienda de sus padres en Escalón, Chihuahua, ahí Palacios ha desarrollado el “Complejo Ecoturístico de la Zona del Silencio”, con alojamiento, alimentación, visitas guiadas, charlas, paseos, fogatas y actividades relacionadas con la Zona del Silencio.
Existen también una serie de extrañas formaciones por diversos puntos, conocidas como “Las Escamas”, son unos semicírculos de 50 m de diámetro dispuestos de manera que parecen escamas de un pez; estas formaciones miden de unos 3 km por 1 km y su mejor apreciación es desde el aire. También hay otras formaciones conocidas como “Los Cuadros”, son también marcas en el suelo de cuadrados de unos 40 m por cada lado, hay otros de 160 m por cada lado; no se sabe que utilidad tengan, pero algunos científicos creen que servían para recolección de agua. Todas estas marcas solo pueden apreciarse desde el aire.
Otro punto muy concurrido por los turistas es el Ejido La Flor, Mpio. Tlahualilo, Durango, en donde incluso se cuenta con un Centro de Atención a Visitantes y una zona de camping para acampar. y también se hacen visitas guiadas, charlas y actividades; los que se dedican a guiar y atender a los turistas son conocidos como “Zoneros” o “Silenciosos”; un atractivo más de la región es el Cenote “El Hundido”, dentro del Estado de Chihuahua, ya colindando con Coahuila y no muy lejos del Vértice de Trino, ahí también se puede encontrar alojamiento turístico.
Tanto el Complejo Ecoturístico de la Zona del Silencio, como el Ejido La Flor, ofrecen los servicios de: hospedaje en cabañas, área de camping, guías certificados, servicios de transportación, programas de observación y rescate de la flora y la fauna endémica de la región, senderismo, cabalgatas y talleres de educación ambiental y conocimiento de plantas medicinales de la zona.
Un defensor de la Zona del Silencio es el Dr. Richard Downs, científico de la NASA, quien ha elaborado diversas teorías e hipótesis acerca del “Vórtice de Ceballos” y del “Túnel de Rayos Cósmicos”, sin embargo se ha quedado solo en eso, en meras hipótesis
Pero también hay detractores de la Zona del Silencio, y son acérrimos y obstinados, como el ya fallecido y muy reconocido Doctor en Geología por la UACH Carlos García Gutiérrez, quien siempre, toda su vida hasta el final; él criticaba a todos aquellos que mencionaban a esa región como Zona del Silencio, decía que era un invento de seudocientíficos y aseguraba tener pruebas de que todo lo que se dice de esa región es falso; “es puro misterio, sugestión y fascinación hacia lo desconocido” señalaba el Dr. García Gutiérrez; también aseguraba que “no existen ninguno de los fenómenos y maravillas que de esa región se dicen, es falso, es mentira, no existe”, afirmaba el Dr. Carlos García Gutiérrez.
Otro acérrimo detractor de la Zona del Silencio es el investigador estadounidense Andrea Kaus, quien tiene un Doctorado en Filosofía, pero para obtener su Doctorado en Antropología por la Universidad de California en Riverside, realizó el estudio que tituló “La Zona del Silencio en el norte de México: ¿maravilla científica o mera ficción?”; Kaus dice que en ninguna de sus múltiples visitas a dicha zona, jamás ha experimentado ni visto ningún fenómeno de los que se cuentan; también dice que los lugareños solo se ríen y se mofan de él cuando les pregunta por dichos fenómenos.
El Dr. Kaus llama “tontos” a todos aquellos que ilusionados visitan la Zona del Silencio, también dice que los guías, llamados Zoneros o Silenciosos, saben dónde hay fósiles pequeños, puesto que el Bolsón de Mapimí fue el fondo del Mar de Thetis y los llevan a esos lugares donde saben que encontrarán fósiles pequeños como recuerdo; señala también que los mismos zoneros esparcen guijarros que semejan fragmentos de meteoritos para que se los lleven los turistas.
Tanto el Dr. Carlos García Gutiérrez como el Dr. Andrea Kaus argumentan que científicamente la Zona del Silencio es un mito y surge la pregunta ¿es que el laureado Piloto Aviador Francisco Sarabia Tinoco en 1930 y el Ingeniero Augusto Harry de la Peña y su equipo de ingenieros en 1966 hayan mentido acerca de las sensaciones y fenómenos que experimentaron en la zona?, es algo que también se antoja difícil de creer, pero al final cada uno de quien lea este artículo decide lo que desea creer, el objetivo central de este trabajo no es ni promover ni denostar, es el de mencionar lo que sucedió en 1970 con el misil Athena, lo demás forma parte de todo lo que gira en torno a la Zona del Silencio y también debe mencionarse.
Reserva de la Biósfera Bolsón de Mapimí
En 1976, el Gobierno Mexicano decide proteger la flora, la fauna y la vida silvestre de la región, a través de la UNAM se establece en el Mpio. Tlahualilo, Durango, en pleno desierto de la Zona del Silencio y a solo 6 km del Vértice de Trino, el Centro de Investigaciones del Desierto de la UNAM; en 1977 la ONU, a través de la UNESCO otorga la designación de Reserva de la Biósfera del Bolsón de Mapimí, con una superficie de 472,387 hectáreas. Las Reservas de la Biósfera son espacios para el desarrollo sostenible, para la investigación científica y el aprendizaje, para la protección de la flora y la fauna del ecosistema y para desarrollar soluciones para la conservación de la biodiversidad.
En el Centro de Investigaciones del Desierto, trabajan científicos y estudiantes de posgrado mexicanos y científicos de todas partes del mundo auspiciados por la UNESCO, en áreas como Biología, Geología, Química, Física, Meteorología Hidrología e Hidráulica y todas las ciencias relacionadas con el medio ambiente y la conservación ecológica; ofrecen asesoría y charlas a las autoridades y habitantes de los 16 municipios de los tres Estados comprendidos en el Bolsón de Mapimí. Después de China, México es el segundo país con más Reservas de la Biósfera en el mundo.
Finalmente, vaya un saludo para el estimado Dr. Benjamín Palacios Perches.
Referencias Bibliográficas:
+ infobae.com
+ mexicodesconocido.com.mx
+ oem.com.mxmexicotravelclub.com
+ complejoecoturísticozonadelsilencio.com
+ eldiariodechihuahua.mx
+ radioformula.com.mx
+ zonadelsilencio.com.mx
+ buzos.com.mx
+ unesco.org
+ es.wikipedia.org