El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, recibió ayer a su homólogo salvadoreño, Nayib Bukele, luego del envío de migrantes deportados a Centroamérica.
En el encuentro en la Casa Blanca, el líder republicano agradeció al mandatario centroamericano por aceptar la expulsión de migrantes acusados de terrorismo y por permitir el uso de una prisión de máxima seguridad de su país para la reclusión.
Por su parte, Bukele dijo a su homólogo que Estados Unidos tiene un problema “con el crimen y el terrorismo” y que su país tiene voluntad de ayudar.
Además, el presidente centroamericano aprovechó para confirmar que no devolverá a la Unión Americana a Kilmar Ábrego García, migrante salvadoreño que fue enviado a la megacárcel porque es un “terrorista”.
“Por supuesto que no voy a hacerlo. ¿Cómo voy a enviar a un terrorista a Estados Unidos?”, declaró el presidente salvadoreño en el Despacho Oval.
En respuesta Trump abundó en sus deseos de deportar a presuntos delincuentes, una postura vigente desde su campaña presidencial.
“Siempre tenemos que obedecer las leyes, pero también tenemos criminales de cosecha propia que empujan a la gente en el metro, que golpean a ancianas en la nuca con un bate de beisbol cuando no están mirando, que son monstruos absolutos”, declaró el mandatario norteamericano.
“Me gustaría incluirlos en el grupo de personas que hay que sacar del país, pero habrá que ir mirando las leyes al respecto”, añadió.
La Unión Americana ha enviado a cientos de migrantes acusados de afiliaciones criminales a la dura megaprisión de El Salvador conocida como Centro de Confinamiento del Terrorismo.
Como parte de esta negociación, EU está pagando a El Salvador seis millones de dólares.