Los hechos ocurrieron el pasado sábado alrededor de las 5 de la tarde, cuando el niño se habría separado de sus padres e ingresado a una zona restringida, habitualmente segura, que da acceso a la atracción del monorraíl, según informó la cadena ABC 7, el niño habría permanecido unos 20 minutos en la estación antes de comenzar a caminar directamente sobre la vía.
Uno de los presentes logró trepar hasta la estructura y rescatar al menor, evitando lo que pudo haber sido una tragedia. Afortunadamente, y gracias a la rápida actuación tanto de los visitantes como del personal del parque, el niño fue reunido con su familia alrededor de las 5:30 p.m.
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A través de un comunicado oficial, Hersheypark expresó:
«Agradecemos la vigilancia de nuestros visitantes y la rápida respuesta de nuestro equipo, y seguimos comprometidos con mantener los más altos niveles de seguridad para los visitantes en todo Hersheypark».
Este incidente ha generado una nueva conversación sobre los protocolos de seguridad en parques temáticos, especialmente tras una noticia reciente proveniente de Disneyland Hong Kong, donde un trágico suceso se cobró la vida de un turista filipino de 53 años.
El hombre se desmayó mientras disfrutaba de la atracción Frozen Ever After y, a pesar de los esfuerzos del personal y los servicios médicos, falleció poco después en el hospital.
Aunque los contextos son distintos, ambos casos subrayan la importancia de la vigilancia, la preparación del personal y la responsabilidad compartida entre visitantes y operadores para garantizar una experiencia segura y placentera en estos espacios recreativos.