En un momento de su último espectáculo, en el que tuvo que inclinarse ligeramente para poder regalar camisetas a los espectadores, la intérprete británica sintió una punzada de dolor y no dudó en tomar el micrófono para explicar el origen de su dolencia. «Ahora me toca ir al otro lado del escenario. Tengo que andar así estos días porque tengo una ciática muy mala», reveló.
Curiosamente, la estrella de la música lleva algunas semanas cultivando una nueva afición que suele asociarse al día a día de las celebridades residentes en Los Ángeles, donde precisamente vive ella desde hace años. «¿A que no saben lo que he estado haciendo? He empezado a hacer senderismo. Y me está gustando mucho. Me pongo los auriculares y me pongo a caminar… Y aun así me quedo sin aliento aquí, este teatro parece un estadio, es un paseo bastante largo», bromeó durante otra de sus pláticas.
Hace ya unos años, Adele dio a conocer el sinfín de contratiempos que había estado padeciendo con su espalda desde una edad temprana. La vocalista sufrió el primer desplazamiento de un disco intervertebral cuando solo tenía 15 años, lo que supuso el inicio de una larga cadena de adversidades que ha estado tratando de sobrellevar lo mejor posible.
«La primera vez que me pasó estaba en la cama. Estornudé y [el disco] salió volando. En enero me pasó otra vez con el sexto disco y, después de la cesárea, es como si mis abdominales no existieran. Llevo media vida con dolores de espalda. A veces surgen solo por el estrés o por culpa de una mala postura», relató.