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Tras la atropellada investidura de Bernardo Arévalo como presidente de Guatemala, que tuvo un retraso de siete horas por las dificultades en la instalación de la décima legislatura en el Congreso nacional, el embajador de México en el país centroamericano, Romeo Ruiz Armenta, aseguró   que, con la llegada del nuevo gobierno, nuestro país tiene más oportunidades diálogo y entendimiento.

«Se abre una puerta muy amplia para las relaciones bilaterales México-Guatemala. Las identidades políticas del presidente Andrés Manuel López Obrador y de Bernardo Arévalo propician caminos de entendimiento para bien de ambos pueblos”.

Por su parte, en su conferencia matutina, el presidente López Obrador externó: “Quiero felicitar de nuevo al pueblo de Guatemala porque ayer, aun con demora, se logró que tomara protesta como nuevo presidente Bernardo Arévalo, lo mismo la vicepresidenta y hubo cambio en el Congreso”.

El presidente de Guatemala, Bernardo Arévalo, previo a su investidura, se reunió con la canciller mexicana Alicia Bárcena, el embajador Romeo Ruiz Armenta y otras personalidades invitadas.  Foto: Especial

Asimismo,  la canciller mexicana, Alicia Bárcena mantuvo una reunión bilateral con el ahora mandatario y expresó en X: “En nombre de @lopezobrador_, junto con el embajador @romeoruiza extendimos un fraternal saludo al presidente electo de Bernardo Arévalo. Le expresamos nuestro afecto por el pueblo guatemalteco y ofrecimos todo el apoyo para un exitoso mandato”.

A través de un comunicado, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos reconoció la investidura  de Arévalo “como parte del triunfo de la democracia y la resiliencia del pueblo guatemalteco demostrada en su lucha por la prevalencia del Estado de derecho”.

Después de tomar protesta como presidente la madrugada de ayer, uno de los primeros actos de Arévalo fue visitar el plantón que miembros y líderes de varias comunidades indígenas mantuvieron frente a la sede central del Ministerio Público guatemalteco como muestra de descontento ante los intentos judiciales de frenar la investidura de Arévalo.

«¡Sí se pudo! 106 días de resistencia hoy  están terminando con un gobierno democrático que ustedes, los pueblos originarios, han sabido rescatar; los pueblos originarios han liderado la resistencia contra quienes intentaban burlar la voluntad popular”.

Ayer mismo, ya por la mañana, Bernardo Arévalo asistió a una misa y después  pasó revista a las tropas del ejército en la Plaza de la Constitución y no en un centro militar.

En su mensaje a los militares, resaltó que el compromiso del Ejército, que en un pasado no muy lejano fue autor de golpes de Estado y violaciones de derechos humanos, es respetar la voluntad del pueblo en este “periodo sombrío”.

RELACIÓN COMPLICADA

Los problemas para asumir la presidencia no comenzaron ayer para Bernardo Arévalo, desde que ganó las elecciones en agosto, el ahora mandatario sufrió la persecución de la fiscalía guatemalteca, encabezada por Consuelo Porras.

El propio líder de Semilla acusó un golpe de Estado orquestado por las élites políticas y económicas del país para evitar su asunción, siendo Porras el rostro de dicha cruzada que se caracterizó por acusaciones de lavado de dinero y falsificación de documentos.

Pese a que Arévalo declaró que una de sus primeras acciones será pedir la renuncia de la fiscal, Porras cumple un periodo iniciado en 2022 y que termina hasta 2026, por lo que, de no lograr su dimisión, el mandatario deberá sobrellevarla otros dos años.

Por AL PE

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