Ahora sí que, como dicen por ahí, “se azotó” mi general secretario de la Defensa… dependencia a la que ya le quitaron eso de Nacional.
Discursear, como lo hizo apenas este 20 de noviembre, de que es “el humanismo mexicano” el que motiva a los mandos y a las tropas del Ejército no sólo es falaz, sino también todo un despropósito. Un innecesario acto de extemporánea lambisconería, porque AMLO ya no es el Comandante Supremo. ¿O todavía lo es?
Y no, no es invento mío.
Textualmente, don Ricardo Trevilla señaló que la “principal premisa que nos mueve todos los días para servirle a la sociedad en todo tipo de situaciones, ese firme ideal, ahora más que nunca, se vivifica en esta nueva etapa en la que se pondera el humanismo mexicano, la honestidad, la cercanía con la gente, la libertad, la diversidad y el interés supremo del pueblo de México.”
¿Humanismo mexicano?
¿Qué es eso?
Que nos explique, para no preguntar cómo es que practica la honestidad, la cercanía con la gente, la libertad, la diversidad el régimen al que el máximo entorchado ha servido y sigue sirviendo.
¿De qué habla, general?
¿Qué tan humanistas son los “abatimientos” –asesinatos, en realidad– de presuntos delincuentes que deberían ser presentados ante las fiscalías?
¿Y los altos niveles de letalidad corresponden al “humanismo mexicano”?
¿Históricamente, con quienes se han atiborrado las mazmorras de los cuarteles y los campos militares a los que ahora deberíamos anteponer una Hache, de Humanitarias Zonas Militares y Humanitarias Regiones Militares?
Otra pregunta:
¿Actuó “humanitariamente” el 27 Batallón de Infantería en la tragedia de Iguala?
Y un par de ellas más:
¿Fue gracias al “humanismo mexicano” que uno de sus antecesores, , Salvador Cienfuegos quedó libre de polvo y paja tras las acusaciones estadounidenses por narcotráfico?
¿Será, acaso, que el “humanismo mexicano” sustituirá a la tradicional doctrina militar que exalta la lealtad a México y a sus ciudadanos, para transferirla sólo al Movimiento iniciado por Andrés Manuel López Obrador?
No desvirtúe, general, la tradicional filosofía castrense de la que en otros tiempos ha hecho gala el Ejército Nacional Mexicano y que le valió el respeto y hasta el cariño de la mayoría de la sociedad.
Los cárteles ¿también lo practican?
Fue durante los siglos XIV y XV de nuestra era que nació y se desarrolló la corriente filosófica del humanismo.
Ésta priorizaba la razón sobre la fe y se interesaba por el concepto del hombre como centro del universo.
Se afirmaba que los seres humanos tienen el derecho y la responsabilidad de dar sentido y forma a su propia vida.
El “humanismo mexicano”, cual mera ocurrencia de AMLO, prioriza a la llamada Cuarta Transformación y sus fines hegemónicos por sobre los ciudadanos, los organismos no gubernamentales, las agrupaciones gremiales y empresariales, los otros partidos políticos.
Los mexicanos sólo tienen los derechos que la 4T quiera otorgarles, pues ese Movimiento asume con ligereza la responsabilidad de dar sentido y forma a nuestras vidas.
Fue así como decenas, si no es que cientos de compatriotas han fallecido por la “humanitaria” acción de escasear los medicamentos y por las deficientes prestaciones de los servicios de salud.
¿Con cuántos niños muertos por ese tipo de carencias debe contar un gobernante para considerarse un humanista?
¿Cuántas masacres debe tener en su haber y qué número de asesinatos dolosos debe sumar al día para que sus gobernados admiren su humanismo?
¿Merece respeto el “humanismo mexicano” de la 4T si a cada rato desvía partidas presupuestales –a ciencia y paciencia de la inservible Auditoría Superior de la Federación– destinadas a la educación, a la atención de la salud, entre otras, para que sus obras faraónicas nunca carezcan de recursos así y nunca vayan a servir para maldita la cosa?
¿Puede considerarse humanista a quien entrega el control del Estado a los cárteles y demás grupos y grupúsculos delincuenciales?
¿Qué tan humanista es quien nunca escucha, no dialoga, siempre impone y dice jamás equivocarse, así y con ello desmienta el aforismo clásico de “errar humano es”?
Y en ese tenor, ¿podría usted considerar a López Obrador como humanista si él se cree dios o, cada ocasión que se compara a sí mismo con Jesucristo?
¿Un humanista tiene derecho a minimizar las luchas de las mujeres, a ignorar los crecientes feminicidios, a dejar sin protección y refugio a las que han sido y son golpeadas, maltratadas y violentadas?
Todos esos infantes que ya no reciben atención en las ya desaparecidas estancias que los recibían, cuidaban y alimentaban mientras sus progenitores trabajaban, ¿crecerán creyendo que el tabasqueño fue un gran humanista?
Y los deudos de todos quienes perdimos a un ser querido, a un familiar, a un amigo porque el gran humanista que dice ser AMLO recomendaba no usar cubrebocas, invocar a los santos estampados en cartulina, abrazarse y salir a comer a las fondas mientras avanzaba velozmente la pandemia ¿llamamos humanista a este ignorante redomado?
No. Este escribidor jamás lo llamaría a él así…
… tampoco, claro, a las políticas meramente electoreras de la llamada Cuarta Transformación…
… que reparte dinero público a cambio de una fidelidad casi perruna al caudillo a su Movimiento y ahora, convenencieramente, a la Presidente formal Claudia Sheinbaum.
O usted ¿sí se atrevería a llamar humanista a un personaje perverso que, en tan solo seis años, actuó como Herodes, como Adolf Hitler y como Josep Stalin… esos grandes “humanistas” de la Historia?
¡No le digo, mi general Trevilla!
Indicios
En su discurso de toma de posesión del cargo, el 1 de octubre, la Presidente formal Claudia Sheinbaum apuntó que con el pensamiento humanista de la Cuarta Transformación se cayeron los mitos del pasado del periodo neoliberal que le costó tanto a México y marcó la historia por 36 largos años, pues se decía que Estado se tendría que sujetarse a las fuerzas del mercado. ¿Ahora a cuáles está anclado? ¿Al autoritarismo? * * * Por hoy es todo. Le reconozco la lectura de este Índice Político y, como siempre, le deseo ¡buenas gracias y muchos, muchos días!