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Eduardo Matos Moctezuma, es un Arqueólogo y Antropólogo fuera de serie, orgullosamente mexicano. Su deseo por investigar nuestros orígenes, su enorme bagaje intelectual y cultural, lo han colocado como un auténtico humanista que se compromete con las causas sociales que otros se rehúsan analizar. Fundador y director general de 1978 a 1982, del Proyecto Templo Mayor, serie de excavaciones y estudios del axis mundi -Eje del Mundo-, Tenochtitlan, antigua capital de los mexicas.

Un hombre que impresiona por su seguridad y fortaleza. Realizó sus estudios de Arqueología en la Escuela Nacional de Antropología e Historia del Instituto Nacional de Antropología e Historia. Obtuvo una maestría en Ciencias Antropológicas con especialidad en Arqueología por la Universidad Nacional Autónoma de México. Dedicado en cuerpo y alma al estudio, se ha dado tiempo para impartir clases y seminarios en su Alma Mater: el Instituto Nacional de Antropología e Historia. En la Universidad Iberoamericana Campus Ciudad de México. En la École des Hautes Études en Sciences Sociales de París, Francia. En la University of Colorado en Boulder, California. En el Centro de Investigación y Docencia en Humanidades del Estado de Morelos. En la Universidad Complutense de Madrid y en la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo de Morelia, Michoacán, entre otras muchas más.

Recientemente fue galardonado con el codiciado Premio Princesa de Asturias, que otorga el gobierno de España a grandes personalidades de la cultura en el mundo, pero ignorado y hasta despreciado por el actual gobierno mexicano. En entrevista exclusiva con ÍNDICE POLÍTICO, al realizar un viaje desde su niñez al México actual, confiesa que, gracias a las lecturas de El Origen de las Especies de Charles Darwin, así como Dioses, Tumbas y Sabios de C.W. Ceram, fue lo que le despertó su interés por la arqueología. Asimismo, manifiesta su preocupación por una mayor y mejor preparación por parte de los maestros de primaria, secundaria y preparatoria, para que, a niños y adolescentes, les presenten un panorama sencillo, interesante y hasta divertido de nuestra historia prehispánica, colonial y actual, pero sin mentiras ni cosas que no vienen a cuenta, para eso, -dijo-, la historia y la arqueología juegan un papel sumamente importante que les permita alimentar y acrecentar un respeto y admiración hacia nuestros antecesores, y para eso, se necesita mucha lectura y cultura.

También recuerda que José López Portillo, fue uno de los pocos presidentes de la República que han tenido una especial preocupación por preservar nuestra riqueza arqueológica. Interesado por el acontecer nacional, con absoluta firmeza, expresa que no tiene ningún caso exigir disculpas tardías: “España y México, hace siglos, firmaron el Tratado de Paz y Amistad, una ejemplar manera de saldar posibles agravios del pasado” Por último, lamenta y reprueba que, desde Palacio Nacional, no se participe con la perspectiva para unificar sino para separar a la nación.

Llegar hasta San Jerónimo Lídice, ubicado al sur de la Ciudad de México, resultó toda una odisea. No obstante ser un martes cualquiera de un agonizante noviembre, mes de controvertidas marchas, y todo por un bloqueo registrado en el periférico sur, a la altura de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, provocando un auténtico caos, en donde cientos de automóviles daban lugar a un gigantesco estacionamiento en las tres arterias viales, tanto las elevadas, como las consideradas normales y laterales. Aunado a esto, un sol recalcitrante, así como los estrepitosos escándalos provenientes de los cláxones y gritos desesperados de conductores que exigían, a base de mentadas de madre, a los manifestantes para que liberaran el paso de manera inmediata.

De nada me sirvió haber tomado tres horas de anticipación desde Texcoco a la Ciudada de México para llegar puntual a mi cita con este gran mexicano, el destacado arqueólogo y antropólogo mexicano Eduardo Matos Moctezuma, quien accedió recibirme en su casa para conversar. En sí, la primera entrevista exclusiva que concede desde que regresó de España con el Premio Princesa de Asturias. Angustiado por la tardanza que me originó el bloqueo en periférico sur, vía WhatsApp, no me quedaba otra que hacerle de su conocimiento lo sucedido, con lo que seguramente, debido a su apretada agenda, dicha entrevista quedaría cancelada. En un gesto, por demás de amabilidad, me dice que, aunque fuera un breve momento, me recibiría con mucho gusto. ¡Wooow, que señorón!!

Después del subsanar el viacrucis citadino y llegar por fin a la dirección indicada. A sus ya casi 82 años de vida, me quedo sorprendido verlo de pie a la entrada de su domicilio particular, como quien espera la llegada de un fraternal amigo. Extendiendo su mano derecha, con una ligera sonrisa, expresa…. “Quienes vivimos en esta gran ciudad, estamos expuestos a esto que te acaba de suceder. Bienvenido querido Edmundo, ¿Te parece si platicamos unos 20 minutos? Desafortunadamente, ya tengo agendado otro compromiso que no pudo cancelar. Así es que, por favor, adelante, estás en tu casa”

Escoltado por sus pequeñas mascotas, dos hermosas perritas de raza japonesa, color café con blanco, Matilda y Atala, que se resisten alejarse de su protector dueño, permanecen fieles durante el desarrollo de la conversación, premiándolas con caricias en sus cabecitas.  Me invita tomar asiento al pie de una mesa de jardín metálica color blanco, bajo el resguardo de una enorme sombrilla de tela color azul marino, ubicada en un pequeño hall tipo colonial. “Como no quiero que te vayas con las manos vacías, platicamos un momentito, sirve que te tranquilizas un poco, porque te veo muy estresado. Así es que, tú, tranquilo.”    

-Maestro, por favor, perdóneme por este retraso involuntario…

-Querido Edmundo, si así lo deseas, hoy, hacemos una primera parte de la entrevista, como te dije hace un momento, tenemos una comida ya programada junto con mi esposa y ya no tardan en pasar por nosotros…

-Maestro, admiro esa sencillez y calidad humana que le distingue y caracteriza…

-Edmundo, eres muy amable de tu parte.

-¿Cómo le va en la vida y cómo se siente después de recibir ese merecido reconocimiento con el Premio Princesa de Asturias que recibió en Oviedo, España?

-Bueno, como tu sabes, es un premio internacional de suma importancia. Me preguntas ¿Cómo me siento? Uff, para mí, fue una gran emoción recibirlo.

-¿Qué pasaba por su mente en esos precisos momentos, previos a tan solemne ceremonia?

-Uyy, que te puedo decir. Toda la ceremonia, desde que uno llega a Oviedo, España, es objeto de un sinnúmero de atenciones muy sorprendentes que se transforman en emociones sin límites.

-¿Se sentía un tanto extraño?

-No, fíjate que no. El pueblo de Oviedo disfruta de su fiesta anual y se entregan completamente. Es impresionante presenciar como derraman afecto y respeto a cada uno de los galardonados, haciéndonos sentir parte de ellos mismos. Se organizan en una majestuosa y llamativa caravana.

-Emociones que jamás olvidará…

-Es que es eso, exactamente. Cada uno de los galardonados íbamos a bordo de un vehículo especialmente destinado para homenajearnos. La mañana del pasado 28 de octubre, la gente de Oviedo, vestía sus mejores galas haciendo vallas a los costados de las avenidas por donde estaba asignado nuestro recorrido, así como decenas de asociaciones de gaiteros tocando su música, tratando de alegrarnos durante nuestro paso por ahí, hasta llegar al hermoso Teatro Campoamor de Oviedo.

-¿En España lo trataron como Rey, mientras que en México el presidente de la República ni siquiera tuvo la amabilidad de enviarle una felicitación…?

-Edmundo, eso no tiene importancia. Yo estaba muy impresionado con lo que observaba. Una ceremonia sumamente emotiva.

-¿Se puso nervioso al recibir el codiciado Premio Princesa de Asturias que otorga el gobierno de España?

-Más que nervioso, estaba totalmente emocionado. Recuerdo que, al hacer uso de la palabra, enfaticé que un Premio de esta importancia, no solo es para quien lo recibe sino también, para quienes nos formaron, para nuestros maestros y las instituciones que nos albergaron al permitirnos que ahí nos formáramos, como lo fue en mi caso, dentro del Instituto Nacional de Antropología e Historia, hace poco más de 62 años…

-…Disculpe que le interrumpa, me deja sin palabras su sencillez, humildad y gratitud. Debo entender que ¿Honor a quien honor merece?

-Mira Edmundo, es que estas sagradas instituciones, han hecho posible que uno también pueda desarrollar su carrera…¿no? Mi discurso lo inicié precisamente con esas mismas palabras de gratitud hacia mis querido maestros e instituciones.

-¿Recibir ese importante premio, fue como un bálsamo de vida?

-Mírame, me siento lleno de energía y optimismo.

-Asimismo, le quiero preguntar ¿La Arqueología es como un elíxir que da vida a lo que pensábamos que ya estaba muerto?

-Al escuchar la pregunta, sus ojos brillan con intensidad, lo denoto muy animado y me dice: “¡Qué pregunta tan interesante me formulas!! En cierta forma sí, porque siempre he hecho una similitud, es decir, hablando de la vida y de la muerte al mismo tiempo, cuando el arqueólogo tiene que exhumar y tiene que excavar para lograr llegar a su objetivo”

-¿Es penetrar en el pasado para entender el presente?

-¡Exacto!!, es penetrar en el pasado, como bien lo dices, para traerlo al presente. En cierta forma, diríamos que el arqueólogo le da vida a lo muerto. ¡Me gustó mucho tu pregunta!! Es una gran tarea revivir lo que ya estaba enterrado, sin embargo, lo puede recuperar a través de técnicas muy rigurosas que le permiten acceder a ese interesante pasado.

-Maestro querido, ¿De niño, imaginó que se convertiría en un prestigiado arqueólogo y antropólogo?

-Bueno, la verdad, es que no tuve esa oportunidad de preverlo, desde luego…

-¿Qué recuerdos guarda de esa etapa infantil?

-Fíjate Edmundo, que en varias ocasiones he comentado que, siendo un niño, quizás, cuando tenía ocho años de edad, dormía en el mismo cuarto con mi hermano Rafael…

-¿…Leyendo algo de historia?

-Sí, quizás, mi primer contacto con el pasado del hombre, es que mi mamá, nos leía, todas las noches, El Origen de las Especies, de Charles Darwin…

-Se los leía para que se durmieran, pero dentro de usted ¿Se encendía una lámpara del saber?

-Pues creo que, esa, era su finalidad, lo cual, seguramente, conseguía de inmediato, pero dentro de mí, me llamaba mucho la atención saber más acerca de mis propios orígenes y de todos los seres humanos, en fin.

-Sin proponérmelo, debido a la brevedad de tiempo que me quedaba para la entrevista, tan sólo 20 minutos, descubro que hablar acerca de su niñez, es algo que lo pone muy de buenas y cómodo, de muy buen humor y hasta con un sobrado entusiasmo…

-Edmundo, te agradezco mucho que, en esta entrevista, me brindes la oportunidad de transportarme hacia mis propios orígenes., cosa que no es muy normal en la infinidad de entrevistas que me han hecho, lo cual, eso, habla de tu profesionalismo y el amor que transmites por tu actividad periodística. En fin, sea como sea, fue algo que recuerdo, cómo era que mi mamá nos leía todos esos pasajes.

-¿Sabía lo que era la arqueología?

-¡No!!, ni idea, mucho menos, lo que iba a estudiar. Siendo ya un poco más grande de edad. Quizás, hasta en la misma preparatoria, tenía muchas dudas de lo que iba a estudiar.

-¿Aparte de su hermano Rafael, cuántos hermanos tuvo?

-Solamente una, Fernanda, que es menor que yo, la más chica de todos.

-¿A lo mero macho, en la preparatoria no sabía lo que quería estudiar?

-No, la verdad es que no…

-¿Y que fue lo que pasó?

-Finalmente, la lectura fue lo que me ayudó a esclarecer todo. Fue un libro lo que me abrió el camino a la arqueología.

-¿Qué libro fue?

-Ese magnífico libro se titula Dioses, Tumbas y Sabios, del autor C. W. Ceram.

-¿Gracias a la lectura, emprendió un viaje imaginario apasionante?

-Si, cuando leí todo lo referente a la cultura egipcia, me apasionó muchísimo y fue por eso, estando en prepa, decidí estudiar arqueología.

-Pero dígame, ¿en la primeria y secundaria fue un niño muy aplicado, medio burrito o del montón?

-Ja, ja, ja. No te creas que fui muy aplicado, así que digamos. Quizás, un niño normal, pero no del montón… ¡Tampoco fui un burro!!

-Se lo digo con todo respeto y con la confianza que me brinda…

-No te preocupes, sé que eres un reportero muy educado.

-¿A qué jugaba? -Antes de responderme y no obstante el viento helado que se sentía en el jardín de su casa, a pesar de portar una buena chamarra, volver a tocar el tema sobre su infancia, sin lugar a dudas, es algo que le fascina…

-Bueno, en la primaria, estaba en un equipo de básquetbol. Quizás, el básquetbol fue el deporte que más dominé en las etapas infantil y juvenil, porque otros deportes, aunque me atraen mucho…

-¿…Cómo cuáles?

-El futbol y el beisbol, pero no los llegué a practicar, mucho menos dominar.

-¿Matadito para el estudio?

-Así que digamos, “matadito”, no precisamente, pero sí, era dedicado más o menos para el estudio y las tareas…

-Me gusta mucho su franqueza…

-A mí también me gusta tu forma de llevar la entrevista, me haces sentir muy cómodo…

-¿Cuál era su juguete favorito?

-El mundialmente prestigiado arqueólogo y antropólogo mexicano, Eduardo Matos, se relaja mucho. Suspira profundamente.  Con la mano derecha se rasca suavemente detrás de su oreja. Me observa fijamente, con voz suave me dice: “Recuerdo unos carritos de madera, pintaba una pista en el suelo y los iba empujando con los dedos. Uff, Edmundo, me haces recordar cosas muy bellas. También, era requete bueno para las canicas.

-¿A lo mero macho?

-Pues sí… es que, de niño, era obligado jugar a las canicas.

-¿En donde vivía?

-Aquí en la Ciudad de México, en la parte baja de las Lomas de Chapultepec.

-¿Su papá a qué se dedicaba?

-Mi padre, era de nacionalidad dominicana, por cierto, fue embajador de la República Dominicana en varios países. Así es que, desde niño, tuve un largo caminar por varios países como Panamá, de donde guardo muy gratos recuerdos. Venezuela, Honduras, en fin…

-¿Qué sentía ser hijo de un Excelentísimo Embajador?

-Yo estaba muy chiquito, pero tengo algunos recuerdos que luego renunció a esa honrosa actividad. Así es que decidió que nos viniéramos a México…

-…Pero usted es mexicano por nacimiento…

-¡Por supuesto que sí!! Así como también mi hermano Rafael había nacido aquí…

-¿…Y su mamá?

-Mi mamá, era una orgullosa poblana.

-¿Qué recuerdos tiene de su estancia en Panamá y países donde su papá era embajador?

-Como te digo, aunque era muy niño, en Panamá, tuve vivencias muy interesantes, es más, aún conservo un folleto de una representación que se hizo de una espectacular “Danza de los Montezumas”, y que mi mamá nos había llevado a ver.

-¿Qué edad tenía en ese entonces…?

-Creo que nueve o diez años. Te decía, mi mamá guardó ese folletito en donde venía toda la descripción de la “Danza de los Montezumas”, que así estaba escrito. Pero fíjate, cuando me convertí en antropólogo, muchos años después, publiqué lo referente a la “Danza de los Montezumas” en Panamá.

-Ante la premura del tiempo, mi deseo era conocer más sobre este ilustre mexicano, no quería desaprovechar la oportunidad de estar frente a él, motivo por el cual, opté combinar, rápidamente, temas del México actual con su interesante pasado…

-¿Querido Maestro, ¿Nadie es profeta en su tierra?, le pregunto esto, porque ahora que recibió el codiciado Premio Princesa de Asturias en España, el presidente López Obrador lo ignoró y despreció por completamente, ni tampoco, tuvo la decencia de felicitarlo por este logro que pone el nombre de México muy en alto… ¿Amar y rescatar nuestras raíces, significa ser naco o cursi?

-¡No, en lo absoluto!!, mi querido Edmundo.

-A lo mero macho, tal y como lo ha expresado el propio López Obrador, ¿México tiene que exigirle disculpas a España por la Conquista?

-En mi discurso pronunciado en el majestuoso teatro de Oviedo, a cada uno de los galardonados, nos dieron cuatro minutos para hablar y comenté que México, después de sangrientas luchas y de 300 años de Colonia, logra independizarse en 1821. Después de 15 años de ese significativo hecho, de esos tres siglos y todas esas luchas por la Independencia, además, España y México firmaron un tratado que se llama “Tratado de Paz y Amistad”

-¿Qué necedad del presidente estar exigiendo disculpas a España por cosas de la Historia?

-Volviendo a mi discurso pronunciado en Asturias, dije que ello, era un buen ejemplo para poder saldar posibles agravios del pasado Ahí tienes mi respuesta, querido Edmundo.

-Sabiendo que es muy respetuoso de las instituciones, ¿Imperdonable la destrucción que está realizando con la construcción del Tren Maya, que afecta grandes zonas arqueológicas?

-Mira Mundo, el Instituto Nacional de Antropología e Historia está muy al pendiente del rescate de las zonas arqueológicas que comprenden en la construcción del Tren Maya, afortunadamente, han logrado recuperar una gran cantidad de piezas, pero aquí, el asunto es más general, porque también, tiene que ver con el medio ambiente que se está afectando y que la población local va a resentir.

-La huella de Eduardo Matos Moctezuma continúa presente en el Templo Mayor…

-Muchas gracias, eres muy generoso conmigo. Mira, como bien sabes, lo del Templo Mayor comenzó en 1978 por un hallazgo casual. Obreros de la entonces Compañía de Luz y Fuerza del Centro, estaban trabajando en el turno de la madrugada colocando una serie de cables en la esquina de Guatemala y Argentina, en pleno Centro Histórico, del entonces Distrito Federal, de repente, dan con una enorme piedra que les impide continuar con sus trabajos, deciden suspender su jornada y se dan a la tarea de limpiar todo con mucho cuidado, descubren que esa enorme piedra contenía importantes y llamativos grabados en su superficie.

-¿Usted los estaba asesorando?

-No, ellos mismos optaron, por sí solos, detener trabajos de excavación, cosa que hay que admirarles. Inmediatamente, avisan al INAH y se envía a dos pasantes, quienes se percatan que, dicho fragmento de la piedra, mostraba interesantes relieves. La recuperación de la Coyolxauhqui, la Diosa Azteca de la Luna, duró más de un mes, que fue cuando ya pude intervenir en mi calidad de arqueólogo y antropólogo, el 20 de marzo de 1978, ya con el proyecto de Templo Mayor.

-¿Cuánto tiempo le llevó el Templo Mayor?

-El próximo 20 de marzo de 2023, estaremos cumpliendo 45 años de trabajos ininterrumpidos en el Templo Mayor, claro que ahora, las obras están en manos de mis colaboradores, todos ellos, arqueólogos que ingresaron siendo muy jóvenes a trabajar conmigo al proyecto y que continúan al frente del mismo. No sabes mi querido Edmundo, se han recuperado una enorme cantidad de objetos.

-¿Se han logrado interpretar cada uno de ellos?

-Por supuesto que sí, además, logramos crear el Museo del Templo Mayor, que, por cierto, es el tercer museo del INAH, más visitado en todo el país.

-¿Cuáles son los dos primeros?

-El Museo de Antropología e Historia y el Museo de Historia Castillo de Chapultepec, respectivamente.

-¿No obstante que el Museo del Templo Mayor no cuenta con un estacionamiento?

-Vaya, que estás al pendiente de todo. Es que no hay forma de que el Templo Mayor pudiera tenerlo por su ubicación, sin embargo, mantiene un interés por parte de propios y visitantes en ir a conocerlo.

-¿Cuál de todos los presidentes de la República con los que le ha tocado tratar, es el que se ha interesado y preocupado por rescatar nuestro patrimonio arqueológico?

-Como bien lo sabes, en lo personal, siempre he tratado de mantenerme alejado de la política, sino que ha sido a través del INAH que hemos recibido ese apoyo gubernamental. Te puedo decir que José López Portillo era un amante de nuestra riqueza arqueológica.

-¿Por qué no una calle, una escuela o una simple fuente o plaza pública con su nombre? ¿Somos un país de malinchistas? Disculpe que insista en el tema, los homenajes deben ser en vida y no esperar hasta que se mueran los hombres que han coadyuvado a enaltecer esta gran nación…

-Aunque no me gusta mucho hablar de ello, déjame decirte que sí, he recibido algunos reconocimientos como el Premio Nacional de Ciencias y Artes en 2007, de manos del entonces presidente Felipe Calderón, uno de los máximos reconocimientos que otorga el gobierno mexicano. Asimismo, me designaron como Investigador Emérito del INAH, así como algunas otras distinciones que he recibido por parte de la UNAM, que me otorgó el Doctorado Honoris Causa, lo cual, me llenó de enorme gusto porque es la Máxima Casa de Estudios. Así te podría mencionar más, pero no es mi papel ni me gusta hacerlo.

-¿Cómo le hace para saber, en qué parte del territorio nacional se pueden descubrir grandes tesoros arqueológicos?

-Que buena pregunta me haces… Mira, hace muchos años, un colega tuyo llamado Jacobo Zabludovsky, me hizo esa misma pregunta, le dije que existe un solo sitio arqueológico llamado México. ¡Qué curioso!!, son los únicos dos periodistas que me han formulado esa pregunta. Edmundo, donde excaves, van a salir a la luz piezas arqueológicas, ya sean vasijas o huesos. México es un país muy rico en arqueología.

-¿Qué otras naciones poseen esa similitud con la nuestra?

-Sin lugar a dudas, ahí están Perú, Guatemala, China, India o Egipto, imagínate, así como la Antigua Mesopotamia. En todo el mundo hay muchos países que poseen una enorme riqueza arqueológica realmente impresionante, desde luego, México ocupa un lugar preponderante.

-¿Por qué no sabemos darle ese valor a una riqueza arqueológica que poseemos y la tomamos muy a la ligera?

-Tampoco la hemos dejado a un lado… ehh. Insisto en que el INAH, pese a que no cuenta con un presupuesto adecuado, sin embargo, trata de atender en la medida de lo posible, todo lo que son nuestros yacimientos arqueológicos, nuestros monumentos históricos y también los coloniales. Déjame decirte que el INAH cuenta con varias escuelas, no solamente la Escuela Nacional de Antropología, que es mi Alma Máter, cuna de destacados lingüistas y antropólogos, sino que también cuenta con la Escuela de Restauración, que es muy importante y que ha aportado restauradores de reconocido prestigio internacional para preservar ese pasado.

-¿Falta mucho por proteger?

-¡Claro que sí!!, falta muchísimo por proteger y por investigar.

-¿A los niños hay que educarlos acerca de ese respeto que requiere nuestro patrimonio arqueológico nacional?

-¡Por supuesto que sí!! Has tocado un punto muy importante.

-¿De qué manera?

-Primero, hay que darles un panorama sencillo, interesante y hasta divertido de nuestra historia prehispánica, colonial y actual, pero sin mentiras ni cosas que no vienen a cuenta, para eso, la historia y la arqueología juegan un papel sumamente importante.

-¿A través de los libros de texto?

-Pues no solamente eso, sino también, con amenas pláticas para que conozcan lo que fue nuestra historia, insisto, sin exageraciones y con un estricto apego a los hechos.

-¿Nos hace falta cultura?

-Vaya preguntas que me haces… Yo diría que requerimos de una mayor y mejor preparación por parte de los maestros, para que, a su vez, ese apostolado se transforme en impartir clases y transmitan a los niños y adolescentes, toda esa enseñanza que les permita alimentar y acrecentar un respeto y admiración hacia nuestros antecesores, para eso, se necesita mucha lectura y mucha cultura, como bien me lo expresaste en tu pregunta.

-¿Cómo ve el México actual, con unas mañaneras desde Palacio Nacional, convertidas en comedias de equivocaciones, denostando, confrontando y distanciando al pueblo?

-Exacto, es muy lamentable.

-¿Hasta dónde va a llegar ese hartazgo social?

-El hecho es que, desde Palacio Nacional, no se participa desde esa perspectiva para unificar sino para separar a la nación y entonces, vemos, como cada vez, más términos con los que se denosta al que no está de acuerdo, y creo que eso no es positivo.

-Con el respeto que me merece, ¿usted forma parte de los intelectuales inorgánicos, tal y como los califica López Obrador?

-Mira mi querido Edmundo, como ocurre en todos los aspectos sociales, existe toda una serie de disciplinas que deben ser apoyadas en todo su sentido y no marginarlas, porque son los pilares de cualquier país. La cultura, la ciencia y educación son la columna vertebral. Tres factores son fundamentales para que un país realmente destaque.

-¿Estamos retrocediendo casi 500 años, como cuando los mexicas y tarascos mantenían guerras terribles, siendo hermanos de una misma nación?

-Esos, son aspectos idealistas sobre el pasado. No, no tenemos por qué regresar ahí. Sabemos perfectamente que entre los mexicas y los tarascos tenían guerras terribles, inclusive, una de las grandes derrotas de los mexicas o aztecas se las dieron los tarascos cuando gobernaba a los mexicas Axayácatl. Mira, el año pasado, en 2021, cuando se cumplieron los 500 años de la conquista de Tenochtitlán y Tlatelolco, escribí mucho al respecto para desmitificar la historia y aspectos falseados de nuestra historia…

-…Disculpe que le interrumpa, ¿Cada quien cuenta la historia como se le pega la gana?

-Es muy importante quitar ya, toda esa imagen de que la Malinche era una traidora o que los tlaxcaltecas eran unos traidores, cuando las cosas no fueron así. Los tlaxcaltecas no eran ningunos traidores, simplemente, estaban defendiendo sus pueblos ante una desmedida expansión Mexica que se imponía a otros pueblos.

-¿A ello obedece que esos pueblos más débiles se unieran a Cortés?

-¡Exacto!!, se unieron para atacar el poderío de la triple alianza mexica. Hay que analizar todo eso y no hacer conjeturas a la ligera.

-¿Una enorme similitud de rivalidad en la época de la conquista y entre la marcha que se organizó para defender al INE, con la que organizó el presidente el pasado domingo 27 de noviembre para demostrar su poderío ante las masas?

-Es exactamente lo mismo que te acabo de comentar.

-¿Qué presidente es el que necesita México para salir adelante?

-Uff…

-¿Un hombre o una mujer que realmente ame a su país?

-No solamente que ame a su país. Mira querido Edmundo, se puede amar, pero a veces… ¡el amor mata!! Me preguntas ¿Qué presidente necesita México?, Indudablemente, tiene que ser una persona joven y con una magnífica preparación, con absoluto conocimiento, pero, sobre todo, con un extraordinario y probado equipo de colaboradores, esto último, es un factor sumamente importante.

-Al percatarme que acaba de llegar la persona que esperaba para asistir a su compromiso establecido, le pregunto así de rápido…

-Maestro, ¿De dónde saca tanta energía, ya escribió más de 40 libros, dicta conferencias, da clases…?

-Con una ligera sonrisa me responde: “Hay una cosa, a mí, me gusta mucho escribir, tal y como veo que, a ti, te encanta preguntar. Entonces, hay ocasiones que, aunque escribo una pequeña reseña, trato de publicarla y que la conozcan otras personas. Inclusive, hay algunos colegas que afirman que una de mis principales características es la difusión del pasado.

-¿Y usted creé que tengan razón?

-Ja, ja, ja. Quizás, a lo mejor tengan razón. Me gusta mucho escribir, y por eso, es que tengo ya una buena cantidad de libros. Así es que, te invito para que ese espíritu de ser un excelente entrevistador no desfallezca. Me tienes muy sorprendido.

-¿Los 49 libros que ya tiene publicados, todos son sobre el tema de la arqueología?

-Qué bueno que me lo preguntas, no, no todos son sobre arqueología. También me ha gustado publicar sobre aspectos relacionados con tradiciones y costumbres, danzas populares y todo lo que antes llamaban como folclor.

-¿Cuáles son las principales líneas editoriales que maneja?

-Tengo tres líneas que he manejado más…

-¿…Son las únicas?

-No, no son las únicas, sino las que más he trabajado y te las voy a enumerar: Uno: La Historia de la Arqueología, es algo que siempre me ha apasionado y tengo diversas publicaciones sobre ese tema.

-¿Incluido El Templo Mayor?

-¡Obviamente!!, porque es el proyecto que inicié desde hace 45 años. Así como La Muerte en el México Prehispánico. Son los temas o las líneas en los que más he trabajado, te repito, no son los únicos. Reflexionando con tu pregunta, tienes mucha razón, la mayoría giran en esos tres aspectos.

-En marzo de 2005, Joe Biden, entonces vicepresidente de Estados Unidos, realizó visitas de cortesía a la Villa de Guadalupe y Templo Mayor, en este último lugar, expresó que usted era un gran arqueólogo…

-Totalmente sorprendido por lo que le acabo de comentar, su rostro refleja emoción y alegría: “Wooow, me siento muy agradecido, déjame decirte que, desafortunadamente, no tuve la oportunidad de estar ahí, sí supe de la visita que realizó al Templo Mayor en ese entonces. Uff, que te puedo decir, me siento muy agradecido.

-A lo mero macho, ¿No le dio sentimiento que el presidente no lo haya felicitado cuando fue galardonado con el Premio Princesa de Asturias, un justo reconocimiento a su brillante trayectoria?

-Mira querido Edmundo, siento más alegría cuando salgo a la calle, hay gente que me detiene unos instantes para saludarme y me felicitan por el trabajo realizado en el Templo Mayor, me dicen: ¿Oiga, usted es el profesor Matos? Cuando esas personas te reconocen, eso si que me emociona muchísimo. Lo otro que me dices, no vale la pena.

-¿Cómo le hace para guardar esa sencillez y humildad?

-Los reconocimientos que llegas a recibir son, únicamente, una motivación para que sigas caminando por el camino que te has marcado. Quizás, una prueba de que es correcto lo realizado. Me siento muy afortunado y agradecido…

-¿En qué piensa cuando recibe un reconocimiento?

-Siempre lo he dicho, que no son solo para mí, sino para quienes colaboraron y siguen colaborando conmigo. Fíjate que la Universidad de Harvard, una de las más importantes a nivel mundial, le puso mi nombre a una de las cátedras que ahí se imparten, eso me congratula mucho. Sentí la misma emoción cuando Felipe Calderón me hizo entrega del Premio Nacional en Ciencias y Artes.

-¿Cuál es el mejor premio que le gustaría recibir?                     

-Ver que la gente está deseosa de conocer más sobre su historia, pero sin mitificaciones, porque, eso, sí es lo que les hace daño, Ese es y sería mi mejor y mayor premio.

-¿Cuál es la fórmula que deba aplicarse para que México se catapulte como esa gran nación progresista?         

-Lo que tenemos que hacer, es tratar de conocernos a través de la historia, a través de la arqueología. Comprender el pasado para poder entender nuestro presente.

-¿En qué ocupa su tiempo libre?

-En escribir fundamentalmente.

-¿Le gusta la música?

-¡Cómo no!!, siempre estoy escuchando música.

-¿Cuál es el género que lo atrapa?

-Varía mucho y depende mucho del ambiente en el que este rodeado. Puedo escuchar música clásica, rancheras…

-¿82 años no son nada, febril la mirada….?

-Ja, ja, ja, también me gusta mucho el tango.

-¿Qué opina que películas de James Bond presenten algo de nuestros antepasados?

-¡Qué horror!!, quien sabe que habrán hecho. No la he visto, es muy lamentable que esa gente tergiverse todo. No la he visto, por lo cual, no puedo juzgar.

-¿Le gusta ir al cine?

-Claro que sí, aunque no soy muy cinéfilo.

-¿Qué tipo de películas prefiere?

-Hay películas mexicanas que he visto 10 o 15 veces y no me canso de verlas…

-¿Cómo cuáles?

-Las de Joaquín Pardavé o las de Fernando Soler. El cine internacional también me gusta mucho, cintas como Casablanca, una de las grandes películas de la cinematografía mundial.

-¿Tiene tiempo de ver televisión?

-Muy poca televisión…

-Recuerdo que Jacobo Zabludovsky hablaba mucho del gran Eduardo Matos Moctezuma…

-Jacobo Zabludovsky, cuando conducía el prestigiado noticiero 24 Horas, diariamente, mandaba una cámara cuando estábamos excavando en el Templo Mayor. Un excelente periodista mexicano que se había fijado como línea, seguir de cerca las excavaciones del Templo Mayor y presentarlas en su noticiero.

-¿Cómo ve los noticieros de televisión que se hacen actualmente?

-El trabajo de Ciro Gómez Leyva me parece muy serio y profesional. También veo a Carlos Marín, Joaquín López Dóriga y Carmen Aristegui. Muchos de ellos, están muy interesados en difundir noticias de carácter arqueológico. Cada uno de nuestros periodistas realizan trabajos de una dedicación absoluta y un profesionalismo profundo. Así como menciono a Ciro y todos los demás, reconozco tu profesionalismo, me siento muy honrado que hayas venido a esta, tu casa para conversar conmigo.

-¿Cómo ve el trabajo de nuestros artesanos que sufren al no contar con apoyos que les permita seguir adelante, elaborando magníficas obras, hechas con sus manos mágicas?

-Nuestra artesanía es muy importante porque, además, nace y viene del pueblo. Siento un gran respeto por todas las expresiones artesanales, son de una riqueza verdaderamente prodigiosa.

-¿Escribirá sus memorias?

-Mira mi querido Mundo, existe la mala costumbre de escribir las memorias, precisamente, cuando ya empiezas a perder la memoria… Ja, ja, ja. ¿Te imaginas? Ya se han publicado varios libros con una especie de mi biografía, uno de ellos que fue publicado por editorial Porrúa, se llama Los Rompimientos del Centauro, ese mismo libro lo reeditó el INAH con el título Arqueología de un Arqueólogo, una recopilación de varias entrevistas que me hicieron dos investigadores, un magnífico trabajo.

-Al momento que me indican que ya se tiene que ir, a manera de despedida, le digo: María Félix, se expresaba de maravilla de usted…

-Me tocó guiar a María Félix dentro del Templo Mayor, por lo menos, en tres ocasiones porque tenía mucho interés en nuestra arqueología. Tiempo después, me la volví a encontrar en una exposición dentro del Palacio de Bellas Artes sobre objetos que se habían encontrado en las excavaciones del Templo Mayor. María me expresaba que su interés por el pasado prehispánico le venía por Diego Rivera. “La Doña”, poseía una enorme cultura y personalidad.

-Maestro muchas gracias por su tiempo. ¿Desea agregar algo más?

-Ya no sé cuantas entrevistas me han hecho. Créeme, que me hiciste sentir muy cómodo conversar contigo y ojalá que nos volvamos a ver. Esta es tu casa. Te felicito por ese amor que demuestras tener por tu noble profesión. Eres un excelente entrevistador.

Dando muestras de su amabilidad, educación y buen anfitrión, me acompaña hasta la entrada principal de su casa, rogando a las personas que le esperan, le permitan un momentito en lo que me despide con un fraternal abrazo y un fuerte apretón de manos.

El próximo domingo 11 de diciembre, de este agonizante 2022, estará cumpliendo 82 años de una ejemplar y frutífera vida. Feliz Cumpleaños querido Maestro Eduardo Matos Moctezuma.

Por AL PE

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